La luna es una complice de mis suspiros y los tuyos, ¿no lo crees así habitante del silencio lejano?
Hoy ya no estás conmigo, porque nunca has estado. Tan sólo en ese encuentro. Nuestro primer encuentro donde los amaneceres se confundieron con la noche, porque la luna que no estaba en ese sueño, quiso alumbrarnos como siempre lo ha hecho, y no faltó a la cita.
Tu risa era mi risa, mis ojos así me lo dijeron cuando vi su reflejo en el fondo de los tuyos. ¿Puedo hablarte en esta noche en que mi soledad que es sólo tuya, ha querido abrir sus alas y volar a tu encuentro mensajero de mi espacio y de mi tiempo que solamente existen dentro de tu alma.
Quiero danzar por las estrellas asida de tu mano sobre el sendero que la luna dibujará para los dos.
Bailaremos un tango que crearán nuestros cuerpos fundidos en esa noche en que los astros no dejarán de asombrarse, porque el encuentro de las almas que sencillamente han sido siempre una, como lo dictó la eternidad, no les permite cerrar sus ojitos de chispitas plateadas.
Agujerearán la noche eterna para nosotros, bordándonos un verso perdido entre las nubes, que casi se han diluido por completo bajo nuestros pasos en el compás que eternamente permanecerá acurrucando nuestro solitario dormir, hasta que la vida siempre nueva, nos avise que es nuestro momento, y esa vez volveremos a ser uno.
No es la nostalgia que me mueve en estas horas que caminan suavemente hacia la luz del alba.
Es tu mirada que en ese breve encuentro se me clavó para siempre en las pupilas del amor que anidaste dentro de mi.
Una flor permanente dentro de mi será tu nombre que adoro.
El bandoneón que se aleja suavemente dejándonos a ambos frente a frente, respetando la emoción de este nuevo momento que dejaremos suspendido en nuestros eternos sueños, colgará una nota nueva de colores diferentes de cada agujerito con que las estrellas rompieron la negra noche que nos sirvió de cobija, cuando detuvimos el tiempo y el espacio dentro de nuestros ojos.
Sólo se escuchó el sonido de nuestras miradas al cruzarse.
Ojos_verdes, aún oigo aquel sonido, lo he guardado para tí, para nuestro próximo encuentro, en el que tal vez tus labios y los míos quieran conjugar por siempre el verbo amar. Muackkkkkkk.

Dedicado...

13.12.2005