Suave ondula el mar de movimientos
en que nuestros cuerpos
se mecen ala vaivén de la conquista
como pincela nuestro deseo
cada tramo de este retrato
tan nuestro
mil veces pintado,
como se estremece la piel con la caricia
los labios con los besos
y nuestras manos se deslizan
al vapor de nuestros poros incendiados
somos uno, coito crepuscular
de luz y sombras
que se desliza entre las sabanas
de sudor y hormonas impregnadas...
Sentimos la piel de Eros fundirse
cuando elevamos nuestra pasión al infinito
y disfrutamos de nuestro acto
ala sentir nacer de nuestros vientres
la marejada relajante de un precioso
Orgasmo...que habita en nosotros
desde siempre...
La luna ilumina aquel cuadro
habita trémula como caricia esa fuerza que se agitaba en nuestros vientres,
para mañana brillar como un sol
bañando nuestras pieles.