EL UNO, EL OTRO Y UNA VENTANA
Desde la ventana de una vieja estancia, contemplan absortos el atardecer de un cinco de abril de 1995 dos personajes; tienen tantas similitudes como diferencias tienen el amanecer y el ocaso.
El UNO de noble sencillez, con el espíritu del tiempo marcándole el rostro y torciéndole la espalda. La profunda tristeza que guarda en su mirada; es el producto de tantos trabajos que sólo le dejaron cicatrices... más que en el cuerpo en el alma... y una ventana que a pesar de roído marco lo hace sentir dueño... dueño de lo infinito de lo que no tiene rótulo de propiedad privada.
En tanto el OTRO, inquieto y curioso cual filósofo presocrático, por su forma de interrogar parece discípulo de Heráclito. Identifica al cosmos como a su ser, en continua transformación y movimiento; y ante el espectáculo siempre mudable de la naturaleza, busca encontrar el principio ordenador de las cosas, la llave que abre la puerta a lo infinito. Ese infinito que parece todo y que parece nada... infinito azul que guarda sus enigmas entre los dedos del tiempo.
Desde ahí... desde esa ventana, sentados en desvencijado banco... conjugan sus pensamientos y al unísono extienden la mirada al atardecer de un día que huele a campo fresco y a rancia tristeza... cinco de abril de 1995. El UNO con detenimiento, escuchando el concierto que dirigían las aves, chicharras y lechuzas... hurgando en el esplendor del ocaso las respuestas que incontables veces esperó y que jamás llegaron. Este atardecer no es como otros... no por la hermosura que se presenta ante sus marchitos ojos... es el atardecer de un hombre... es el intuir... que talvez no haya otro atardecer.
El OTRO, poco detenimiento le presta a ese atardecer... le esperan muchos. El atardecer es para el sinónimo de cuentos de hadas, lugar donde cabalgan los sueños al lomo de una nube o de una estrella.
Hay que advertir que esa Ventana no es sólo una ventana... es una provocación... un compromiso. Cada tarde llega el OTRO a este palco de honor en busca de un cuento.
En esta tarde de abril no voy a contar un cuento, dice el UNO_ Hace una pausa y respira hondo como si estuviera tomando fuerzas... llegó la hora de enfrentarse a los fantasmas del pasado; Su rostro cual laberinto se prepara--
Hoy voy a contar la historia de un hombre... DE UN HOMBRE...
El UNO pregunta... ¿qué miras tras esa ventana? El OTRO se detiene un momento... y contesta: “ desde esa ventana veo por los cuatro vientos los campos cultivados de trigales que asemejan un mar ondeante y dorado como si el sol se hubiera quedado prisionero entre sus espigas... mas a lo lejos en donde nacen las montañas, se hallan plantados unos soldados centenarios que montan guardia noche y día... son los soldados custodios de la vida. Sobre el pico más alto de esa montaña anida un pentagrama que pía en clave de sol... y donde las nubes bajan a acariciar su falda de musgos y frailejones”
El UNO sigue preguntando... ¿ De quién crees que fue LO QUE TUS OJOS MIRAN... esta hacienda, hasta esta estancia? No le da tiempo a contestar porque en ese instante inicia su relato.
Era un quince de agosto de 1935; en casa de los antiguos dueños de la hacienda “LA CONCEPCIÓN” se celebraba en la casa grande el cumpleaños del hijo menor de los GUERRERO MORA DE SUAREZ. _ Hace una pausa y traga saliva_ Llegaron de muchas partes a dar las felicitaciones por haber cumplido la mayoría de edad. Su padre le dedicó un gran discurso en su honor, su madre en tanto aguardaba en un rinconcito el momento de darle las felicitaciones. Desde allí se sentía el olor a cuy... que salía de la cocina... y un desfile de charolas humeantes de caldo de gallina.
Eran ya las siete de la noche cuando entra al gran salón en donde se hallaban reunidos los invitados, el hermano mayor de los GUERRERO MORA DE SUAREZ, LORENZO; con unos papeles que agita nerviosamente contra sus manos... llama a su hermano menor JUAN JOSÉ que se hallaba muy ocupado recibiendo las felicitaciones de familiares, trabajadores y de amigos; y le solicita que firme unos papeles que son de suma urgencia. JUAN JOSÉ hace un ademán con la mano diciéndole que si pudiese esperar esos papeles para mañana... LORENZO le replica que es de mucha urgencia, entonces JUAN JOSÉ para deshacerse de él entra deprisa a un gran estudio en donde se hallaba en la pared la foto de su madre cuando tenía quince años. JUAN JOSÉ firma deprisa y sin INTERIORIZAR muy bien lo que estaba haciendo.
Una vez firmado los papeles; LORENZO saca del bolsillo el obsequio de cumpleaños y se lo entrega en sus manos dándole una palmada cariñosa en la espalda. Cuando se disponía a mirarlo, entra su MADRE con la noticia que había llegado SU TÍO EL MAS QUERIDO y que reclama su presencia. Sale de inmediato a saludar a su tío materno el SEÑOR ALCALDE PEDRO PABLO DE SUÁREZ Y CAMPO.
Al día siguiente, después de haber dormido unas horas; abre los ojos y tropieza su mirada con el obsequio de su hermano, que descansaba sobre la mesita de noche, lo toma y rompe bruscamente el papel regalo... y queda al descubierto una pequeña cajita de terciopelo negro... la abre y dentro de ella descansaban dos piedrecitas cual guijarros extraídos del fondo de un río, del tamaño de un huevo de codorniz. Extrañado por semejante obsequio; tomó en sus manos a las piedrecitas y las golpeo entre sí; sonaba tan agradable como el tintineo de una campanita de cristal. Sobre el fondo de la cajita, un papel doblado no sé cuantas veces; que decía así:
LA CONCEPCIÓN, Agosto 15 de 1935
Señor
JUAN JOSÉ GUERRERO MORA DE SUÁREZ
Hermano del alma
Al recibo de el presente, se que maldecirás mi nombre, espero que me perdones algún día.
Se despide,
Tu hermano.
Interiorizó, ese mensaje con extrañeza... queriendo entender la dimensión de esas palabras. Cierra la cajita y mira sobre el suelo casi junto con el papel regalo la tarjeta de cumpleaños con otro mensaje que decía así:
LAS PIEDRAS GEMELAS
1. LAS SIGUIENTES INSTRUCCIONES tienes que seguirlas al pie de la letra.
2. Al momento de recibir este obsequio, caerá sobre ti una maldición. No podrás devolverlo, tirarlo, venderlo, cambiarlo, menos ignorarlo hasta que no haya permanecido un tiempo mínimo de seis años y un máximo de 12.
3. Desde el momento que recibes en tus manos las piedras gemelas, te convertirás en dueño.
4. Desde este momento la fortuna te será esquiva y prometedora para quién las regala.
5. Para contrarrestar esta maldición, el único conjuro que hará efecto es obsequiarlas a otro familiar, al más querido, al que duela darle este obsequio. Si en el lapso de seis años no puedes librarte de estas piedras, queda esperar al tiempo máximo; con la condición de no pasarse de este plazo porque quedarás sentenciado a la pobreza absoluta, el dinero pasará por tus manos como agua entre los dedos.
6. No tires nunca estas piedras, estas son también tu única esperanza, en el momento que las obsequies, recobrarás el cuádruple.
No había pasado dos años del fatal regalo, cuando sus padres murieron uno a uno, con una extraña enfermedad que ningún médico pudo curar; y con ellos también murió su herencia; había firmado su renuncia dos años atrás... en el mismo día que cumplía su mayoría de edad. No podía creerlo pero de patrón pasó a peón.
Faltaba dos años para cumplirse el tiempo mínimo, cuando de regreso al jornal se encontró con su tío materno PEDRO PABLO SUÁREZ DE CAMPO; de momento su tío no lo conoce, el pico, la pala y el sol habían hecho estragos en su fisonomía.
PEDRO lo llamó tres veces por su verdadero nombre... y su propio nombre le pareció extraño... siguió de largo... pero su único tío se bajó del caballo y lo tomó del brazo... y le comunicó que recién se había enterado de lo que le había hecho su hermano... y que venía en su busca; que lo necesitaba como sobrino y como trabajador.
Al menos consiguió un trabajo, y no cualquier trabajo... era el administrador de la HACIENDA LA MILAGROSA. SE OLVIDÓ POR UN TIEMPO DE LA PESADILLA DE LAS PIEDRAS y aprovechó este olvido para contraer matrimonio, tener hijos y ser por un momento feliz.
Había pasado ya el tiempo mínimo, y faltaba dos meses para cumplirse el plazo máximo; cuando en la MILAGROSA SE HACÍAN LOS PREPARATIVOS PARA EL CUMPLEAÑOS DEL PATRÓN. DE REPENTE COMO si estuviera enfermo, tiembla todo su cuerpo como si estuviera preso de una crisis de epilepsia... su rostro de repente se perló de sudor como si estuviera cargando trigo... llora y llora como niño enfermo... gesticula como un demente... mi tío o yo... mi tío o yo...
Recordó el sermón del domingo, cuando PEDRO negó tres veces a SU MAESTRO... Y ESTE PEDRO... que también era su tío... lo llamó por su nombre tres veces... después que todos le dieron la espalda. Pero de todos modos, tenía que deshacerse de una vez de ese fardo que cambió el rumbo de su vida, en otras ocasiones le había faltado valor... pero llegó su hora...
En ese instante se le hizo escuchar con el viento la voz de su madre... que le decía: NO LO HAGAS... desde dentro del alma... NO SE LO MERECE... y otra voz como salida del vientre de la montaña... desequilibraba sus principios: “TÚ TAMPOCO TE MERECES ESTA SUERTE... ESTE MUNDO NO ES DE LOS DÉBILES... LA LEALTAD Y LA GRATITUD ES UN VALOR DECADENTE Y TRASNOCHADO... “el verdadero hombre es aquel que ha desarrollado su voluntad de poder, de dominio; aquel que se libera de los valores tradicionales y pone en marcha su verdadera existencia... (parece que la montaña al menos ha interiorizado muy bien a NIETZSCHE)
DESPUÉS de esta lucha interior... cuando puso en conflicto sus instancias psíquicas... al fin escuchó claro la voz de su conciencia... y como poseído de una fuerza extraña cargó su morral... y con él su cruz... y marchó montaña arriba... y llegó a un pasaje en donde el volcán azufral abre su cristalina boca y antes que triunfen los fantasmas internos... tira en ella su última esperanza...
Un chasquido extraño se escuchó al chocar con el agua... una pequeña burbuja mantiene por un momento la caja a flote... luego se esfuma con la niebla.
Sintió como si un manantial de agua cristalina hubiera entrado en su ser, que lo hacía sentir limpio y grande... lloró y lloró tanto que le pareció elevar el cause de la laguna. En ese instante sintió como si mil demonios abandonaran su ser... se sintió árbol, cascada, piedra y camino... etéreo como el viento... se sintió águila con alas propias...
Y le gritó a sus fantasmas internos: “ no me han vencido”
Era un ocho de diciembre de 1946, cuando su tío recibió la noticia que tenía que viajar urgente a Bogotá y que había sido nombrado embajador en un país que jamás llegó a enterarse; nunca se supo porque razón... Ese nombramiento hizo que tome la firme resolución de quedarse en ese país, porque prometía un buen futuro para su familia. Unos días después vende la hacienda. En tanto JUAN JOSÉ quedaba otra vez a la deriva, sin trabajo, sin casa, y con una gran familia que alimentar.
Un año después, su hermano le ofrece trabajo en la CONCEPCIÓN; y lo acomoda en una de las estancias de su hacienda. Y desde allí mira la casa grande del patrón... casa que prenden las luces siempre a la misma hora... a la misma hora...
Las predicciones hechas un 15 de agosto de 1935 se cumplió al pié de la letra; la vida de LORENZO y JUÁN JOSÉ CAMINAN OTRA VEZ PARALELAS... sólo que en direcciones opuestas... tan opuestas como camina JESÚS al lado de JUDAS.
Por el rostro del UNO corren dos lágrimas cual sudores... su voz se detuvo por un largo rato... un nudo en la garganta le impide seguir su relato... respiró largamente... pero aún su voz se negó a salir...
Guardaron silencio por espacio de un minuto, minuto que cuál luz de un relámpago... lo volvió a la casa paterna... y secándose las lágrimas con la punta de su desteñida ruana... le dice al OTRO: “como quisiera dejarte como herencia esta ventana... pero sólo puedo regalarte las llaves de este viejo baúl casi vacío... si no fuera porque guardo aquí el único recuerdo que me quedó de mi MADRE”
El UNO le hace entrega de la única llave que guardaba muy celosamente. El otro... se dirige al rinconcito en donde se hallaba un viejo baúl de cedro, introduce la llave y abre... un chirrido lastimero se escuchó al levantar la tapa; de su interior extrae EL ÚNICO RECUERDO... EL QUE LO MANTUVO CON VIDA... envuelto en papel periódico y amarrado con una cinta amarillenta por los años, al abrir el paquete... aparece un pequeño misal empastado en un nácar blanquísimo con incrustaciones de oro y plata... y en su primera página aparecía una dedicatoria que decía así:
Para nuestro AMADO HIJO, EN EL DÍA DE SU PRIMERA COMUNIÓN.
LA CONCEPCIÓN, Diciembre 8 de 1925
Mientras tanto, el viento irreverente golpea la ventana... anunciando la caída de la tarde tras las montañas... y miran desde su ventana... a la madre noche... cuál águila en su nido de nube y de bruma... cobijando entre sus alas los resplandores platinados de un CUARTO CRECIENTE...
Desde adentro de la casa se escucha un llamado... EL OTRO ACUDE POR UN MOMENTO... y cuando vuelve... mira al UNO... EN UN TRANQUILO SUEÑO... de esos sueños de donde no se despiertan jamás... con su misal aferrado a su pecho Y enredado ENTRE SUS DEDOS su única herencia cual CORONA DE UVAS MADURAS SEPARADAS DE DIEZ EN DIEZ POR UN MISTERIO...
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