Para Sebastian Rueda.
Bienaventurados los eclécticos, porque de ellos será el reino de la confusión.
Omnievangelio de Ñancul
Prólogo-advertencia
El presente texto comenzó con la idea de ser un cuentito gracioso para oficiar de regalo de cumpleaños de Orlandoteran.
Poco a poco, se me fue de las manos y ya no fue cuentito, ni cuento, ni gracioso, ni nada.
Quiero pedirle disculpas públicamente a Sebastián, por hacerle leer un mamarracho de esta extensión (como se lo dediqué, lo obligo) Lo único que me consuela, y que minimiza mi sentimiento de culpa, es que lo que a mí me llevó dos días escribir, a él le llevará 10 minutos leerlo.
A los restantes 20 lectores que se animaron a abrirlo y están leyendo esto a pesar del anuncio de tantísimas palabras (ya me aburrí de editar el numerito), quiero advertirles que este texto no tiene mucho que ver con otros textos míos. Este es una mera diversión. No busca en las profundidades, no tiene poesía, ni enseñanza, ni moralejas. Ni siquiera un final sorprendente (¡Vaya, exactamente igual a mis otros textos!).
A los 5 lectores que a esta altura todavía no abandonaron esta lectura y hasta consideran continuar con los primeros capítulos, quiero agradecerles la confianza.
Y por último, al único lector que llegará hasta el final, y hasta lo leerá mas de una vez prestando atención a cada palabra, un agradecimiento personalizado para que sepa que yo sé quien fue: ¡Gracias Malomo por la autolectura! (aunque solo sea para hacer correcciones de última hora)
Todos los personajes están basados en personas auténticas, por lo que cualquier parecido con la realidad, no es coincidencia.
1
En el frío atardecer ucraniano, tres viajeros descienden del vapor Titanic, que los había llevado a Sebastopol a través del Mar Negro sin chocar con ningún iceberg. (Es el hombre el que tropieza dos veces con la misma piedra, no los barcos).
Sus palabras se podían leer en el aliento gélido que producían al decirlas:
-Muchachos, vamos a tratar de hablar sin que se dibujen las letras en el aire, que vamos a quedar deschavados, recuerden que si se enteran a que vinimos se pudre todo... –dijo el Dr. Charles Sebastian Rolling Wheel, mientras entraba al recinto que oficiaba de aduana-
- No te preocupes... ¡¡Auch!! –exclamó el larguirucho Lindares, golpeando su cabeza contra el dintel de la puerta del salón- No te preocupes que aquí nadie sabe leer español. –volvió a decir midiendo el chichón-
- Yo no me fiaría de eso Mario, recuerda que hay muchas vidas en juego, incluyendo las nuestras.
- Tranquilos muchachos, previéndolo, preparé un hechizo, chupen estas pastillas que convertirán nuestras palabras en jeroglíficos nubios –dijo la tercer integrante del grupo, que a diferencia de los dos hombres, era mujer-
- Gracias Merlina, sabíamos que tu magia iba a ser invalorable en esta empresa –afirmó el Dr. Rolling tomando la pastilla que le ofrecía la hechicera-
- Pasaportes –dijo secamente el oficial aduanero-
Los tres amigos entregaron sus pasaportes al oficial, quien luego de examinarlos atentamente, les preguntó antes de sellarlos:
- ¿Qué los trae por Sebastopol?
- Verá oficial, hace poco que dejé el servicio de la 4ta flota interestelar, en la cual fui astrogador por mas de 8 años. Tuve un compañero que era oriundo de aquí. Lamentablemente murió en combate con los ummitas; antes de exhalar el último suspiro me suplicó que visitara su tierra por él. Mi amigo y mi amiga aquí presentes vinieron a acompañarme.
- ¿Y justo la vienen a visitar en invierno? Ustedes deben estar mal de la cabeza.
- Es la única época del año que a los tres nos coinciden las vacaciones. En nuestro país es verano. A propósito oficial... ¿Gomero dice el membrete? ¡qué excelente es su español!
- Si, Juan Gomero. También soy argentino. Nací y me crié en Mataderos, pero ya saben como se puso la Argentina cuando ganó el partido Comúnsumista de Nerón. El día que él prendió fuego a Buenos Aires, y se puso a mirar el incendio desde el balcón de la casa rosada, mientras tocaba en el bandoneón el tango: Quemá esas cartas, salí huyendo, y vine a dar a este país atraído por las bondades del Consumunismo que yo profeso con orgullo, pero, (aquí el oficial bajó la voz hasta hacerla casi inaudible) no sabía que el reinado de Ratalina coLa Grande era tan despótico. Tengan cuidado con lo que hablan por ahí... ¡Con decirles que extraño a Isabelina y a Lopez Mega!
- Gracias por el consejo oficial Gomero, y ya que somos coterráneos, ¿Nos puede recomendar un lugar decente para comer? Estamos hartos del tasajo salado que nos servían en el vapor para evitar el escorbuto.
- Si, justamente hay otro argentino que tiene una parrillada en el centro de Sebastopol, pregunten por La Tasca del Choripán, el dueño se llama Cacho Azafrán, y hace todas las especialidades porteñas de parrilla, además con él pueden hablar con confianza, porque aunque es un viejo cascarrabias, es muy honesto y reservado.
- ¡Gracias!
Una vez que les selló los pasaportes, los tres amigos abandonaron el recinto y se alejaron caminando en la distancia, como recortadas siluetas azules en el helado aire de la noche.
2
La tasca del Choripán era un tugurio infecto, el humo lo invadía todo, creando una atmósfera casi irrespirable. En una parrilla apenas visible en el centro del local, se desplegaban los cortes de asado, junto a chorizos, mollejas, riñones y morcillas. La grasa rezumaba de estas piezas, cayendo sobre las brasas y produciendo fantasmagóricas llamaradas.
Detrás del mostrador se encontraba un hombre semicalvo de pelo largo y blanco recogido en una coleta en la nuca. El Dr. Rolling observó:
- ¡Miren que parecido a Vinicius de Moraes!
- ¡Cierto! –Confirmó el larguirucho Lindares agarrándose la frente para medir el turumbón que se había hecho al golpear su cabeza contra el dintel de la puerta de entrada de la Tasca del Choripán.-
- Vamos a hablarle.
- Buenas noches –dijo el Dr. Rolling acercándose al mostrador- ¿es usted Cacho Azafrán?
- Nao, eu sou Vinicius de Moraes, Casho Azafrán e aquele la – contestó Vinicius, quien luego de hacerlo se desentendió de él, para ponerse a silbar Garota de Ipanema entre sorbos de su vaso de whisky.
El Dr. Rolling miró hacia donde señalara Vinicius para encontrarse con un hombre semicalvo de pelo blanco y largo, recogido en una coleta en la nuca. Luego de verlo, dirigió una mirada perpleja a Lindares y Merlina quienes simplemente se encogieron de hombros.
Acercándose a la suerte de púlpito donde se encontraba parado, el Dr. Rolling le dice:
- Buenas noches señor Azafrán, el oficial de la aduana nos recomendó su local para comer algo.
El viejo mirando primero con expresión fastidiada al joven, y luego en dirección a Vinicius, contestó:
- ¡Eu nao sei cuando e que ele vai se cansar de fazer a misma brincadeira! ¡Eu sou Vinicius de Moraes, aquele la e o Casho Asafrán! ¿Nao ve que ele e barbado e eu sou nao?
Rolling volvió a mirar al hombre con el que habló primero. Este lo miraba desternillándose de risa, acercándose, le dijo al Doctor:
- Perdone la bromita, es que siempre nos confunden, y Vinicius se enoja. Comprenderá que en estos tiempos en Sebastopol es difícil divertirse.
- ¿A que se refiere con “estos tiempos”?
- Las cosas están muy complicadas aquí; el gobernador de la ciudad es el terrible Barón G.M. Rédnous, un personaje megalómano, inescrupuloso y manipulador, que no repara medios para llegar a usurpar el poder de Ratalina coLa Grande. Ella, a su vez, ha intentado varios ataques subrepticios, pero no puede desplegar todo su poderío contra el Barón, pues aún no cuenta con la anuencia de Juan XXIII para un ataque masivo.
- ¿El Papa bueno?
- El mismo que calza mitra y cayado. Aunque es de esperar que en algún momento le dé el visto bueno a Ratalina, ya que el Barón es verdaderamente maléfico.
Sebastián Rolling dirigió una mirada cómplice a Lindares y Merlina, y volviendo hacia Cacho Azafrán le preguntó:
- ¿A qué se refiere exactamente con maléfico?
- Durante la segunda guerra mundial en el siglo XX, los rumanos, aliados de los nazis, invadieron Sebastopol, y desde entonces, la familia del Barón ha estado establecida en la ciudad.
Desde que el Barón Rédnous gobierna Sebastopol, han habido desmanes de poder, empalamientos, y misteriosas muertes de personas que aparecen sin una gota de sangre en sus venas.
Las miradas de los tres amigos volvieron a cruzarse satisfechas.
- ¿Dónde podemos encontrar al Barón Rédnous? Somos periodistas independientes, y nos interesaría entrevistarlo para la revista ¡Jelou!
- Va a ser bastante difícil, el Barón sale muy poco del castillo donde vive solo. Y cuando lo hace, siempre es a la noche. No les recomiendo que vayan allí ya que no es muy hospitalario.
- Creo que tomaremos el riesgo. ¿Donde queda el castillo y como llegamos a él?
- Lo encontrarán en la cima de la Colina de la Muerte... (pausa dramática) Tomen el oscuro camino que está detrás de la Tasca y sigan todo derecho hasta que vean el lóbrego castillo. Lleven linternas.
- ¿Dónde podemos alquilar una carroza?
- No van a encontrar un solo conductor que se anime a llevarlos allí, tendrán que ir a pie.
- ¿A que distancia está el castillo?
- Unos 13 kilómetros luego de salir de los límites de la ciudad.
- Ok, gracias por la información, ahora vamos a comer que estamos hambrientos.
- Claro, ordenen lo que quieran, tenemos los mejores cortes de Nanosaurios petrosianos y chorizos de pig-malión embutidos en cuero de vípera canadiensis.
- ¿Los puedo acompañar con ensalada de mandrágora? –preguntó Merlina-
- Lamentablemente mandrágora no se consigue por aquí. Antes las traía una viejita de Nekrasovka que las cultivaba ella misma, pero murió hace un par de años y luego de eso no conseguimos otros proveedores.
- Caramba, me tendría que haber traído mi propia mandrágora... –susurró Merlina contrariada-
3
Agarrándose las barrigas (por supuesto estoy diciendo que cada uno se agarraba la propia), los tres amigos salieron de la tasca por la puerta trasera para encontrar más fácilmente el camino oscuro que conducía a la Colina de la Muerte... (pausa dramática)
Lindares, con la mano libre, se tocaba la frente para medir el tolondrón que se había hecho al pegar la cabeza contra el dintel de la puerta trasera, al salir de la Tasca del Choripán.
Merlina acariciaba su estomago a través de su toga azul oscuro con estrellas blancas estampadas en la tela:
- Es la última vez que como chorizos de pig-malión, de ahora en adelante si no son de gal-atea, ni los pruebo; y menos si no hay ensalada de mandrágora para digerirlos mejor.
- Yo creo que fue el cuero de vípera canadiensis, porque he probado antes los chorizos de pig-malión y no me habían caído tan pesados.
- Que dolor de cabeza –fue lo único que dijo larguirucho Lindares-
Por la callejuela por la que se desplazaban se podían apreciar los frentes de casas muy humildes, y a medida que se acercaban a los límites de la ciudad se veían cada vez más humildes.
En los muros de un gran galpón los tres amigos se detuvieron a leer unos graffittis que decían en tinta roja:
“Abajo el Barón Rédnous, Arriba Ratalina coLa Grande... (arriba del cadalso)”
“Que muera el roto Quesada”
“Maradona es Neronista, y se las come dobladas”
Como estaban escritos en español, los tres amigos intercambiaron sonrisas. Merlina murmuró:
- Que pícaro este Cacho...
- Jajaja – rió el Dr. Rolling
- Que dolor de cabeza – se quejó Lindares-
- Tomá un poco de esta pócima –dijo Merlina ofreciéndole una pipeta diminuta-
Lindares llevó el frasco a su boca bebiendo parte su contenido, haciendo unas carantoñas por su sabor feo.
Pasados unos minutos, Merlina le preguntó:
- ¿Pasó el dolor de cabeza?
- No, pero ahora tengo una erección increible -contesto Lindares-
- ¡A la pipeta! Me equivoqué de cabeza! Ejem... quise decir de pipeta.... Dámela que la cambio.
- ¡No, dejame esta porfi! No me molesta la jaqueca.
- Como quieras.
Continuaron charlando mientras caminaban acompañados por la oscuridad, y por los jeroglíficos Nubios que su aliento pintaba en el aire helado de la noche cantábrica.
- ¡Hey narrador! –exclamó el Dr. Rolling-
- ¿A quien le hablas? –pregunto Merlina-
- ¡Al pelotudo que está contando esta historia! ¡Dijo cantábrica y estamos en Ucrania!
Perdón, rectifico: Continuaron charlando mientras caminaban acompañados por la oscuridad, y por los jeroglíficos Nubios que su aliento pintaba en el aire helado de la noche cantábrica.
- ¡Dejate de copiar y pegar que otra vez lo pusiste mal!
¡Ok! Quise decir: aire helado de la noche de la noche de Sebastopol. ¿ta bien así Doc?
- Si, y no te hagas el ofendido que bastante me tendría que ofender yo porque me tenés como protagonista de este bagayo
¡Bagayo tu abuela! ¡Si no te gusta escribila vos!
- Al que le pique que se rasque...
- Dejen de pelear que no vinimos a eso, vos narrador, seguí narrando, y vos Seba, contanos cual es el plan – dijo Merlina conciliadora-
- El plan es simple: Ahora que ya unimos todas las piezas del rompecabezas, confirmamos que el Barón Rédnous es otro de los vampiros descendientes directos del malvado Conde Drácula, él cual mi antepasado el Dr. Van Helsing tuvo el buen tino de liquidar. Nosotros tenemos que hacer lo mismo con el Barón: Le clavamos una estaca y listo el pollo.
- ¿Dónde se la vamos a clavar? –preguntó Lindares con ojos brillantes-
- No empecés con eso, que no traje la estaca larga, tiene que ser en el pecho directo al corazón.
- ¿Y no podríamos hacer una larguita con alguna rama de algún árbol que cortemos por el camino?
- La otra vez me dijiste lo mismo y acordate lo que pasó, nos pasamos tres horas talando un árbol y cuando lo terminamos de tirar apareció gente de todos lados a hacer leña, y no nos dejaron ni una varita para buscar agua. Y lo peor es que se nos escapó el vampiro.
- ¡Que fastidio! Me aburre ser tan ortodoxo.
- Jodete por tener antepasados griegos.
Ya hacía buen rato que habían dejado los límites de la ciudad, y se habían adentrado en el oscuro camino que conducía a la Colina de la Muerte... (pausa dramática)
- Ya siento la presencia del mal rondando por aquí –musitó Merlina-
- Que curioso, ¡yo siento un terrible olor a tonta por aquí! –dijo el buen Doctor-
- No puede ser, aquí la única mujer en kilómetros a la redonda es Merlina –objetó larguirucho Lindares-
- Seba... ¿Soy yo? –preguntó Merlina mirándolo asustada-
- ¡Claro que no! Puf, ¡se intensifica cada vez más! Casi me están dando nauseas...
- Escucho un galope de caballos –informó Lindares, que por la posición privilegiada de sus orejas oía todo antes que los demás-
- ¿De que posición privilegiada habla este tipo? ¡Si las tengo a los costados de la cabeza igual que todo el mundo!
Quise decir que las tenés mas arriba que el resto de la gente por ser tan alto. ¡Dejen de distraerse conmigo y aténganse al guión!
- Uy, se puso de malhumor el narrador, no lo provoquen que este es el que decide el final de la historia, y si se le antoja un final feo, no lo arreglo ni con toda mi magia... ¿en qué estábamos?
- En que yo estaba sintiendo un terrible olor a tonta.
- No, no, en que yo había escuchado un galope de caballos, y por cierto se acercan cada vez más.
- También se hace más y más fuerte el olor a tonta, ya no lo resisto, creo que voy a... ¡¡¡BLUUURPP!!!!
- ¿Ibas a decir vomitar?
- ¡¡BLUUUURRRPPP!!!
- A ver Seba, -dijo Merlina extrayendo un polvito blanco de una bolsita de terciopelo rojo con cordón dorado- ponete un poco de esto en la nariz y respiralo que te va reducir el olfato y te vas a sentir mejor.
El joven Doctor la miró con desconfianza por lo de Lindares, pero le hizo caso y en unos instantes se sintió mucho mejor.
El galope de caballos, ahora se había hecho audible para los tres amigos, por lo que decidieron esconderse detrás de unos arbustos y dejar pasar a los jinetes.
Luego de unos minutos, finalmente vieron pasar dos caballos galopando a la par, y sobre ellos, con una nalga en cada montura, viajaba una mujer cuya crueldad y autoritarismo eran visibles en su rostro.
Luego que se perdiera en el camino en la misma dirección que llevaban los tres amigos, estos salieron de su escondrijo y cambiando miradas perplejas dijeron:
- ¡Esa no puede ser... –dijo Rolling, y calló midiendo sus palabras-
- ...otra que... –continuó Lindares-
- ¡Ratalina coLa Grande! -concluyó Merlina-
- ¡Se precipitan los acontecimientos! Me pregunto que hará cabalgando sola hacia el castillo... -reflexionó Lindares-
- Por su mirada decidida, creo que intenta medir fuerzas con el Barón. Pude presentir su determinación de matar. –respondió la perceptiva maga-
- Merlina, ¿¿que mierda es ese polvo blanco que me hiciste poner en la nariz ?? –dijo el Doctor mientras comenzaba a correr compulsivamente en círculos alrededor de sus compañeros de aventura-
- Una fórmula mágica para reducir el olfato
- ¿Y porqué me vino esta necesidad de correr sin parar?? ¿Acaso era...? –dijo Rolling estirando la corrida, sin terminar la frase-
(A que todos están esperando a que le haga confirmar a Merlina que era cocaína... ¿eh? ¿eehh?)
- Más vale que ni se te ocurra narrador, que yo soy hechicera, no traficante de drogas...
- ¿¿Entonces Merlinaa??? –dijo Rolling sin parar de ídem-
- Tranquilo, es un polvo de Gummi-baya que me enseñó a preparar Papá Oso una vez que anduve de visita por su bosque. Tiene ese efecto colateral, pero se te va a ir en un rato.
- Eso esperooo –dijo Sebastian alargando la carrera, y marcando los 100 metros en 8.87 segundos- ¿¿Merlinaaa, donde tenías este polvito cuando perdí la carrera regional para ir al sudamericano por 25 centésimas de segundooo??
- Yo que sé, no te conocía todavía.
- ¿¿Y esto se detecta en la oriiinaaa?? –gritó para ser escuchado, ya que había alargado su carrera a 200 metros vallas (saltando arbustos)-
- Mis magias no son para sacarles provechos egoístas, sino sólo para hacer el bien. –se mosqueó Merlina-
- Buenooo, no es mi culpa, todo esto son inventos de Malomooo!!
¿Me llamaron?
- Nooo, pero ya que estás ahí, ¿hasta cuando vas a seguir haciéndome correeeer? ¡Estás aburriendo a los lectoreeees!
Yo me estoy divirtiendo de lo lindo, y a mí no tenes que gritarme, siempre estoy equidistante a vos.
- Yo me voy a divertir cuando te tenga al lado para dejarte la nariz más colorada de lo que la tenés...
Está bien, voy a dejar de hacerte correr, pero conste que no me asusta la amenaza. Todo sea por la historia:
Al poco rato, el joven Doctor comenzó a sentir que desaparecían los efectos del polvo y por fin pudo reunirse junto a Merlina y Lindares, ya sin correr.
¿Te gusta así, aburrido?
- Mejor ni te contesto... (este sabe de escribir como yo sé de la fabricación de violines) –pensó Seba, sin darse cuenta que por más que piense entre paréntesis, todos nos enteramos de lo que dice-
El trío continuó la marcha, y al cabo de un buen rato pudieron divisar el lúgubre castillo del Barón Rédnous en la cima de la Colina de la Muerte... (pausa dramática), a un par de kilómetros de donde se encontraban.
- ¡Esto está lleno de errores! ¿Cómo es posible que estemos viendo un lúgubre castillo a dos kilometros, si estamos en una noche negra en un camino oscuro? Y eso de poner “pausa dra-má-ti-ca” (lo pronunció socarronamente, haciendo oscilar la cabeza) cada vez que decis Colina de la Muerte, ¡Es una pavada!
Vamos a ver, en primer lugar “(Pausa dramática)” entre paréntesis, es parte del nombre de la colina, vos sos “Charles Sebastian Rolling Wheel”, y la colina se llama:
“Colina de la Muerte... (pausa dramática)”, y en segundo lugar, al castillo lo están divisando porque me olvidé decir que había una estupenda luna llena que lo iluminaba todo fantasmagóricamente.
- ¡Te gusta la palabrita fantasmagórica eh!..., encima con la luna llena que sacaste de la galera, supongo que se te va a ocurrir meter también un hombre lobo en la historia. Por otra parte, el nombre de mi personaje es “Charles Sebastian Rolling Wheel” pero "Charles" y "Wheel" sólo los dijiste al principio, y después no los usaste más.
Touché. De ahora en adelante será “La Colina de la Muerte” a secas
- Si, después que ya nos aburriste a todos con pausa dra-má-ti-ca...(otra vez la pronunciación socarrona)
- Seba, dejá de pelear con el narrador, y que cada uno haga su parte –le observó Merlina-
Gracias Merlina.
- De nada narrador.
Los amigos hicieron un alto en el camino y se sentaron a planear una estrategia.
4
Mentras se encontraban detenidos deliberando posibilidades, oyeron de pronto unas vocecitas muy
alegres que venían canturreando:
- Hi ho, Hi ho
It's home from work we go
(silbido)
Hi ho, Hi ho, Hi ho
- ¿¿Y eso??
- ¡Lo único que faltaba! Ahora este pelotudo mete los enanitos de Blancanieves en una historia de vampiros. Che, Ñancul, me vengo bancando el eclecticismo y los anacronismos hace rato sin decir ni pío; pero con esto te pasaste....
- Pará Seba, que estos no son los enanitos, solo oigo dos voces femeninas y una tercera muy rara –dijo Lindares que escuchaba mas alto que los demás-
- ¿Si? Por lo menos sabemos que no son tontas, porque no huelo nada raro.
Decidieron esconderse otra vez, para ver que aparecía en esta ocasión. En pocos instantes vieron tres mujeres dando vuelta un recodo del camino. Una de ellas portaba un estandarte tricolor con un árbol verde en el centro, la otra era una rubia con un traje extraño, y la tercera, que venía volando entre ellas, era una chica diminuta con un casquito blanco del cual asomaban unas antenitas.
Esta última fue la que hizo una señal de alto, y con una voz extraña le dijo a sus compañeras:
- Mis antenas están detectando presencia humana en las inmediaciones.
Las otras dos se pusieron en guardia de combate alarmadas, pero la mujer diminuta les aclaró:
- No se preocupen, puedo sentir que no son enemigos. Quienes quiera que sean, salgan del escondite que las hermanas supersolterosas no les harán daño. –exclamó con su cómica vocecita para que la oyeran los que se ocultaban-
Los tres amigos, abandonando los arbustos, se unieron al grupo de recién llegadas. En el momento en que vieron al Dr. Rolling, la que llevaba la bandera dijo:
- ¡Que parecido al Che Guevara!
- No, es parecido a Mojojojó -exclamó la diminuta-
- Para mí tiene cara de oranguterán, pero no puedo dejar de reconocer que es guapo –admitió la de traje extraño-
- ¿Ustedes quienes son? –preguntó el Dr. Rolling, haciendo caso omiso de los comentarios-
- Mi nombre es Will O. Wood –se presentó la del estandarte- y me acompañan mis hermanitas Aniux-Ant, también conocida como hormiguita atómica, y Mutant X-Marswoman
- ¿Marswoman es marciana? Es bastante rosadita...
- No zopenco, dijo la X, mi nombre es Marcela, está adaptado para el personaje.
- Ahh, ¿Y Will no es nombre de hombre?
- Si –dijo Miss Wood-
- ¿Entonces?
- Preguntale al narrador, que le pareció gracioso el juego de palabras...
Aquí los seis hicieron una pausa para mirarme simultáneamente con una mezcla de desprecio y pena. Luego estuvieron un rato largo hablando entre ellos y conociendose mutuamente, lamentablemente me aburrí, y me quedé dormido, así que no puedo narrar lo que hablaron. Retomo donde me desperté:
- Volviendo al tema de los nombres, ¿Saben porqué casi todos tenemos nombres en inglés? –Dijo el Dr. Rolling-
- ¿No, porqué?
- Porque el ganso que escribe esto, se piensa que va a poder vender este guión para hacer una película en Hollywood.
Otra vez se detuvieron para mirarme, pero esta vez con un gesto de franca conmiseración...
- Pobre... ¿No se da cuenta que esto no tiene nada de original?
¿Y desde cuando Hollywood hace películas originales muchachos?
- Nos cagó. Tiene razón. Bueno, prosigamos, ¿Qué andan haciendo tres chicas tan extrañas por este lugar tan desolado?
- Estamos siguiendo a Ratalina coLa Grande.
- ¿Para que?
- Porque supe que está planeando invadir Brasil en cuanto se deshaga del malvado Barón Rédnous. ¡Y no puedo permitir eso! ¡Brasil es miooo! Llevo años planeando su invasión, y no voy a permitir que esta tiranita de pacotilla me lo saque del buche. –exclamó ofuscada la del estandarte tricolor-
- Bueno, como quieran, nosotros vamos tras el Barón Rédnous. Somos parte de una organización que está abocada a exterminar a los vampiros de la faz de la tierra.
- ¿Y ya evaluaron el impacto de esa extinción en el ecosistema?
- ¡A la pipeta! ¡Nunca se nos ocurrió semejante cosa!
- Me extraña Doctor... ¿Qué científico es usted?
- Un científico caza vampiros.
- ¿Y eso es científico?
- No, pero alguien tiene que hacerlo.
5
Aquí me dormí de vuelta, y cuando desperté, el extraño grupo de seis se encontraba junto a los muros del castillo del Barón Rédnous, gesticulando, gritando, y chiflando para que me despertara, porque sino me iba a perder el curso de los acontecimientos.
Cerca del grupo se encontraban los caballos de Ratalina coLa Grande, relinchando en mi dirección para ayudar al grupo a despertarme...
-Listo, ¡Por fin se despertó! -suspiró Merlina-.
-¿Y así pensás llegar a Hollywood? –me criticó el Dr. Rolling-
- ¡No sé para que lo despertamos! –rezongó Lindares- Esto saldría mejor si él no se mete.
- Sí, pero no podría terminar este regalito regalado, para este que todos nosotros queremos mucho –terció Merlina cabeceando guiñadas en dirección a Seba-
- Regalados estamos nosotros, con todos los gritos que dimos para despertar al dormilón, perdimos el factor sorpresa –protestó la Marswoman- Vamos a entrar al castillo de una vez.
- ¿Por donde piensan entrar? –preguntó uno de los caballos, mientras exhibía los dientes para demostrar que él no estaba regalado-
Los seis miraron al caballo, y luego al castillo, para verificar que efectivamente no había ninguna puerta en todo el contorno de sus muros.
Luego de un buen rato de exploración minuciosa, llegó la hormiguita voladora con novedades:
- ¡Encontré la puerta! –dijo con su voz graciosa- Está allí arriba a 12 metros de altura.
- ¡Maldito Barón trepador! Lo hizo adrede para mantenerse en forma. Ojalá que una noche llegue al castillo apurado por una diarrea... –deseó Miss Wood-
- No te preocupes Will, luego de esta noche, no habrá más noches para el Barón –le contestó el Doctor-
- ¿Merlina, puedes hacernos levitar hasta la puerta? –consultó Lindares-
- Si, no hay problema.
Alzando los brazos para efectuar el conjuro, recitó en voz monótona:
La gravedad no nos ata al suelo,
cuando conjuro un conjuro manido,
para que todo este grupo unido,
pueda ahora mismo alzar el vuelo...
Hocus pocus!
Y dicho esto, los cinco comenzaron a elevarse en el aire, mientras la hormiguita atómica que no confiaba mucho en la magia, volaba abajo del grupo para sostenerlos en caso que se vinieran todos al piso.
Llegaron a la puerta, la cual Marswoman derribó con un rayo desintegrador que salió de sus ojos, y todos hicieron ingreso en el lóbrego y oscuro castillo.
- ¡Que olor asqueroso! ¡Este Barón además de trepador, malvado, inescrupuloso, megalómano, manipulador, y chupasangre, es un mugriento!
- ¡¡¡¡Mbuuajajajajajaja!!!! –la risa estentórea retumbó en las paredes del castillo, helando la sangre de todo el grupo-
- Gracias por los cumplidos mi querido Dr. Rolling. Tendrán que disculparme la falta de aseo, pero el servicio doméstico no dura mucho en el castillo, por alguna razón mueren de anemia al poco tiempo de estar a mi servicio... –dijo el Barón haciendo una entrada fantasmagórica en la que nadie pudo precisar de donde había salido-
- Perdone que interrumpa Barón, che narrador, ¿otra vez “fantasmagórica”? Se te está yendo la mano pibe, debe haber como 15 sinónimos posibles, ¡buscá un diccionario! Ahora si, continuemos. ¿Cómo sabe usted mi nombre?
- Tengo cámaras de seguridad monitoreando toda la ciudad, no creería que iba a descuidar mis intereses habiendo tanta tecnología disponible. Mis sistemas informáticos tienen hasta traductores de jeroglíficos nubios.
Sebastian Rolling miró significativamente a Merlina, ella, solo atinó a encogerse de hombros levantando las cejas y las manos, con las palmas hacia arriba en gesto resignado de:”y yo como iba a saberlo”.
- En fin mi buen Doctor, ya conozco los propósitos de su visita, como también sé a que viene este extraño grupo de mujeres que encontraron en el camino al castillo. Tengo una buena noticia para ellas, y otra mala. La buena es que las horas de Ratalina coLa Grande están contadas, y la mala es que ninguno de ustedes saldrá vivo del castillo ¡¡¡Mbuuaajajajajaja!!!
- ¡Eso está por verse Batman! ¡Contra el mal, Aniux-Ant! –profirió la diminuta chica del casquito blanco, lanzando un ataque volador contra el malvado Barón-
El Barón repelió el ataque extrayendo de su capa un recipiente de cromo-vanadio en el cual envasó a la pobre hormiguita en pleno vuelo. Luego de ponerle la tapa exclamó muy colorado:
- ¡Puedo soportar que me digan todos los adjetivos descalificadores del mundo, pero lo que no soporto es que me comparen con el mamarracho disfrazado que se hace llamar Batman! Hombre murciélago... ¡Por favor! ¡Yo soy un auténtico vampiro de estirpe centenaria!
- ¡Sujétenlo mientras le clavo la estaca! –ordenó el Dr. Rolling a sus amigos, mientras extraía una estaca de madera afilada de entre sus ropas.
Los cuatro amigos restantes, en un movimiento repentino intentaron tomar al Barón por los brazos, pero este haciendo un gesto casi indiferente se sacudió a los cuatro de encima.
- Que nochecita entretenida, primero una tonta que me quiere aplastar a culazos, ahora seis tontos que pretenden doblegarme con sus magras energías mortales. Me extraña de usted Dr. Rolling, debería saber que los vampiros tenemos fuerza sobrehumana.
- Nunca me creí esa historia.
- Pues hizo mal, porque es verdad.
El Dr. Rolling, extrajo una cruz y un frasco de agua bendita de sus bolsillos, y salpicando con el agua al Barón y enseñándole la cruz gritó:
- ¡Entonces también es verdad que no soportan la visión de la cruz ni el agua bendita! ¡Vade Retro Satán!
- ¡Jajaja! Usted vio muchas películas Doctor, esas sí son patrañas. ¿Cómo podría hacerme algo un agüita de la canilla? ¿Qué tiene de bendita? ¿Unos pasamanos de un hombrecillo con polleras? No sea tonto. Y con respecto a la cruz, es uno de mis instrumentos favoritos de tortura, ¿Cómo iba a horrorizarme la visión de ella? Además mi nombre no es Satán, y aunque lo fuera, no retrocedería porque usted lo ordene.
- Dr. Rolling, ¿Cuántos vampiros ha logrado usted exterminar? -preguntó Miss Wood decepcionada por tanta ineficacia-
- Este va a ser el primero. Después de que una computadora de bolsillo me remplazara como astrogador de la flota estelar, hice un cursillo rápido de cazavampiros. Tuvimos un primer intento fallido con Lindares en que el vampiro se nos escapó por falta de estaca, y esta es mi segunda misión; pero no te hagas problema Will, que tengo un plan de contingencia: un arma cargada con balas de madera.
Dicho esto, desenfundó un revólver y comenzó a disparar sus proyectiles, los cuales se desintegraban, y convertidos en aserrín se espolvoreaban inofensivamente en el aire.
- ¡Jajajaja! ¡Doctor! Aunque hubieran sido de plomo no me hubiera hecho nada, los vampiros somos inmortales.
- ¡Lindo regalo me está haciendo este... ¡Malomooo, me estás haciendo quedar como un pelotudoooo!!! –dijo Rolling ofuscado- Tenés otros personajes, ¡Usalos!
- Lo siento Rolling, se terminó el tiempo de intentar liquidarme -interrumpió el Barón- si tienen a bien acompañarme, les enseñaré sus calabozos. Me voy a desayunar uno de ustedes por día, no me hagan matarlos ahora por favor.
Todo el grupo dándose por vencido de momento (para no alargar mucho la historia), se dejó conducir a las mazmorras del castillo.
6
En una de las mazmorras, estaba encerrada la maquiavélica Ratalina coLa Grande, dando culazos contra la puerta y las paredes, en un vano intento de liberarse de su prisión.
Luego de encerrar al grupo, y dejar afuera, sobre una mesa, el recipiente de cromo-vanadio con la hormiguita atómica, el Barón les dio los buenos días a todos y se fue a dormir a su ataúd con tierra de Transilvania.
Los culazos resonaban estruendosos en las mazmorras:
- Ratalina, ¿la querés cortar con los culazos nenita? ¡No me dejás pensar! –le increpó Rolling-
- ¿Nenita? ¿Pero que te has creido tú? ¡Insecto insignificante! ¡Si te tuviera a mi alcance ya te iba a enseñar a llamarme nenita! ¡¡No eres nadieee, nadieeeee!! –gritaba Ratalina totalmente fuera de sus cabales, y aumentando la frecuencia de sus infructuosos culazos-
- ¡Por dios! Hoy me equivoqué, no era olor a tonta lo que sentía, ¡Es a loca! Menos mal que la fórmula mágica que me diste, Merlina, lo amortigua, sino vomitaba otra vez.
- Me alegro que perdure el efecto de mi magia, que un vómito en esta mazmorra humeda seria asqueroso, sobre todo porque nos tenemos que sentar en el suelo y apenas hay lugar para los cinco.
- Hablando de magia, Merlina, ¿Porqué no lanzaste ningún hechizo contra el Barón cuando estábamos arriba?
- Preguntale al narrador, que no me dejó hacer nada
- ¿Y vos Marswoman? ¿Qué pasó con tus superpoderes?
- Lo mismo que a Merlina, el narrador no me dejó ni abrir la boca
- Claro, hizo todo el esfuerzo para dejarme como un boludo, haciendo que disparara balas de madera que se hicieron aserrín, y mostrara cruces y agua bendita como si yo fuera el personaje de una mala película de terror. ¿Pueden usar sus poderes para sacarnos de aquí?
- Si podemos.
- ¿Y que esperan?
- El autor no quiere.
- ¡¡¡Malomooooo!!!
Espera, Seba, ya se me ocurrió un final posible, y si los libero tendría que repensar todo.
- ¿Y no podrías callar por lo menos a la loca de los culazos? Me está volviendo loco con el ruido.
No, lamentablemente no puedo lograr comunicarme con ella.
- ¡Pero si es tu personaje! ¡Hará lo que vos escribas!
Eso te creés vos, hay personajes que se escriben a sí mismos, no puedo hacer nada, lo siento.
- Nos tenemos que joder entonces.
No te quejes tanto che, por lo menos no los hice pasar frío, acordate que están en el invierno ucraniano, y sólo hice unas referencias circunstanciales. Ni siquiera los hice temblar, y eso que a la pobre Meli le enchufé apenas una toga de hechicera. ¿Sabes que puedo hacer? Ya que no puedo lograr que la Rata se calle, voy a tapar el ruido de los culazos y mejorarles el habitat:
Luego de una hora, que los cinco amigos pasaron sentados en unos mullidos sillones, ingiriendo las delicatessen que había en el frigobar de la cálida, acogedora, y espaciosa mazmorra, Rédnous volvió escoltando a un grupo de muchachos peludos, con instrumentos musicales. Abriendo la puerta de la mazmorra vip, donde estaban ellos, hizo pasar a los cinco recién llegados.
- Aquí les traje de compañía a estos muchachos que golpearon mi puerta creyendo que mi castillo estaba en el circuito turístico. Este mes, los ciudadanos de Sebastopol no tendrán que temer por sus vidas: tengo suficiente alimento para terminar diciembre. ¡Mbuajajajaja! –y riendo su risa maligna, Rédnous se retiró por las escaleras que subían a sus aposentos, lanzando una carcajada nueva en cada escalón: mbuajaja, mbuajaja, etc., etc....-
- ¡Yo los conozco! –dijo el Dr. Rolling 15 minutos después, cuando las risas malévolas finalmente se perdieron entre los ecos del castillo- ¡Ustedes son los Deep Purple de 1974!
- True –respondió lacónicamente Blackmore-
- I’m in the mood to sing, let’s play something, ¿ok fellows? –preguntó Coverdale a los otros integrantes del grupo-
- Ok. –consintió Blackmore-
- Agree –asintió Hughes-
- Right –se sumó Lord-
- ¿Why not? –concordó Paice-
- ¡¡VAN A TOCAR!! –exclamó el doc alborozado- ¡¡Gracias Malomo!!
De nada Seba.
Y sin más preámbulo, la banda se subió al escenario de la mazmorra vip, y comenzó un show completo de dos horas y media reviviendo todos los grandes éxitos del grupo, sin obviar por supuesto a Stormbringer, que fue broche de oro espectacular de la presentación, que contó con un despliegue nunca visto de luces y fuegos artificiales sin humo (para no empañar la fiesta).
Sólo cuando se silenció el último acorde de la magistral guitarra de Blackmore, se escucharon nuevamente los culazos y los gritos de la loca de la mazmorra de al lado:
- ¡Hagan callar a esos maniáticos! ¡Qué música espantosa! ¡¡Rédnous, me las vas a pagar!! ¡¡En cuanto pueda salir de aquí, iré a la kabak a buscar los Mujiks más fornidos para que te den por culo!!
-¡Mbuajajajaja! –se escuchó apagadamente la risa distante del Barón-
-Who’s the crazy shouting fool? –preguntó Coverdale-
-Some russian princess –le contestó Rolling-
-Princesa rusa tu madrina, bah, eso quisieras tú, ¡Yo soy la Emperatriz de todas las Rusias!
-¡Callate loca, ponete a escribir tus memorias que te queda poco! ¡Vas a invadir Brasil, sí, pero únicamente desde el libro de tus iniquidades! –le espetó Will O. Wood, que hacía rato que la teníamos callada-
-A mí también –dijo el larguirucho Lindares-
-¿A vos también que? –preguntó Merlina-
-A mí también hace rato que me tienen callado, Ni siquiera me he pegado la frente contra nada desde que llegué a este castillo... vaya, ¡Qué suerte!
-Es que todas las puertas superan los tres metros de altura –observó Rolling-
-¡Cierto! Seba, si logramos liquidar al Barón, yo me quiero quedar viviendo en este castillo. Le hago una escalera hasta la puerta de entrada y asunto arreglado.
-Mbuajajajaja –volvieron a escucharse los ecos de la risa apagada y distante de Rédnous-
Sebastián Rolling, al escuchar esto (lo que dijo Lindares, no la risa) quiso preguntarle a los Deep Purple como habían hecho para golpear la puerta de entrada al castillo que está a 12 metros de altura, pero, yo, como narrador responsable de la historia, no lo dejé hacerlo, porque si sigo poniendo palabras en inglés me van a tirar la bronca los lectores que no lo entienden.
-Narrador irresponsable querrás decir –dijo la vocecita graciosa y apenas audible de la hormiguita atómica- me hiciste encerrar en este recipiente de cromo-vanadio y me olvidaste sobre una mesa. Aquí no tengo sillones ni delicatessen, y encima escuché mal el concierto. Que sea la última vez que me llamás para intervenir en una historia.
- Y a mí también –dijo la xwoman- me recibí hoy de licenciada y en vez de estar festejando, estoy encerrada en la mazmorra del castillo de un vampiro, para decir cuatro palabras locas en toda la historia.
No sean así, che, el regalo es para Sebastián que es el que cumplió años.
¿Porqué no aprovechan a dormir un rato ahora que la loca de los culazos se aburrió de armar escándalo?
7
- ¡Café, caféee! A 13 grivnas el café!
El pregón del cafetero despertó a los habitantes de las mazmorras del castillo.
- ¿13 grivnas un café? ¡Qué robo! -exclamó indignado el Doctor-
- Cafetero ¿Me podría dar un café que se lo pago con cariño? -dijo melosamente Ratalina-
- No mi querida, nunca mezclo los negocios con el placer, 13 grivnas un café, o no hay café.
- ¡Maldito plebeyo! ¡Ya sabrás lo que implica contradecir los deseos de tu soberana! ¡Te haré sufrir!
- ¡Blaa, blaa, blaa!... ¡Café, caféeee! Calentito el café...
Como en la mazmorra vip, tenían su propia cafetera, el cafetero se retiró sin haber hecho ni una venta.
- ¡Yo quería café! –se quejó la vocecita graciosa dentro del recipiente de cromo-vanadio-
- Haberlo dicho antes –le gritó telepáticamente el cafetero, que se encontraba pedaleando en la bajada de la Colina de la Muerte, y no pensaba repecharla otra vez para llevarle un café a Aniux-Ant-
- La telepatía no existe Malomo –me retrucó Rolling-
No jodas Seba, esta es mi novela y aquí existe, ¡Comportate como Rolling, no como orlandoterán!
- Todo lo que vos quieras, pero no existe.
Anda a cagar.
- Jajaja, te hice calentar, te lo tenés merecido por meterme en estos bretes.
- ¡¡¡Ya callenseee, callenseee, callenseee, que me desespeeeeraaan!!! –dijo Quico, que casualmente se inscribió en Loscuentos.net y está leyendo este texto mientras lo escribo-
- Buenos días, buenas tardes o buenas noches. –dijo una voz imprecisa-
- Genial, ahora aparece Jim Carrey haciendo de Truman.
- Craso error mi buen Doctor, soy yo. Como el castillo no tiene ventanas y tengo el sueño alterado, nunca estoy muy seguro en que parte del día nos encontramos. –contradijo el recién llegado Barón Rédnous- De lo que sí estoy seguro es que me desperté con apetito, y creo que me voy a tomar un desayuno imperial... ¡Mbuaajajaja!
- ¿No se aburre de esa risa de villano de cuarta? –preguntó Lindares-
- La verdad que sí, pero si está en el guión ¿qué quiere que haga?
- Dele más carácter a su papel, sino después le pasará lo mismo que al pobre Bela Lugosi que murió pobre y encasillado.
- Eso no me sucederá a mí, yo soy rico e inmortal.
- Whatever –dijo Hughes que no entendía un pito-
- Llegó tu hora Ratalina, preparate a morir, chuparé tu sangre y me convertiré en Emperador de todas las Rusias, y luego conquistaré el mundo... ¡¡mbuajajaja!!
- Whatever, sucker! –dijo Blackmore quien tampoco entendía un pito de lo que sucedía-
Ratalina curiosamente callada y sumisa se dejó arrastrar fuera de la mazmorra hacia el patio que centralizaba las celdas, donde el conde pensaba chupar su sangre a la vista de todos.
Rédnous era un malvado vampiro, y también era un narcisista ególatra. Creía tener tanto estilo para chupar sangre, que quería que los demás admiraran como lo hacía.
- Narcisista ególatra es una adjetivación redundante. –me corrigió Lindares-
A mí me gusta y se queda.
- Adelante Barón, acabe con mi vida –musitó Ratalina con una voz embargada de tristeza profunda-
- ¿Así nomás? ¿Sin batallas? ¿Sin culazos? ¿Sin la menor oposición?
- Sí
- ¡Ah no! ¡Así no quiero! ¡Quiero resistencia, gritos, miedo! –dijo el Barón mientras pataleaba el suelo-
- Rédnous, no sea pendejo inmaduro y máteme de una vez, mi vida no tiene sentido ya.
- ¿Y eso cuando pasó?
- Hace un rato, cuando el cafetero se negó a aceptar mi cariño a cambio de un simple café, no valgo ni siquiera 13 grivnas... ¡¡buaaaaaaaaa!!
- No se ponga así Ratalina... Yo se lo podría haber dicho si me lo preguntaba –la consoló el Barón abrazándola - pero tampoco es tan así, para mi vale un desayuno, almuerzo, y cena, eso son más de 13 grivnas. –y dicho esto enterró sus colmillos en la yugular de Ratalina coLa Grande-
Y chupó, y chupó, chupó, chupó y siguió chupando por más de una hora. Ratalina se iba poniendo cada vez más pálida, y al Barón se le iba abultando cada vez más el vientre.
En un momento dejó caer el cuerpo exánime de Ratalina que aún tenía un hilo de vida, y trastabillando fue a buscar un asiento que estaba junto a la mesa donde había colocado el recipiente de cromo-vanadio donde había encerrado a Aniux-Ant.
- ¡¡Puaaj!! No puedo tragar ni una gota más, que ¡sangre de mierda! Es la sangre más asquerosa que probé en mi vida. ¡Parece vinagre puro! Si no se muere sola, la mataré a martillazos, pero no vuelvo a probar esa sangre ni aunque mi vida dependa de ello. Esta mujer debe ser hipoglucémica, no tiene un miligramo de dulzura.
- Uhmm, de hecho para avinagrarse, tuvo que tener mucho azúcar previamente. –lo contradijo el Dr. Rolling-
- Si tuvo que tener tenido o si tendría que tener, no lo sé, pero sí sé que no tiene, ¿Quiere probar un poquito para cerciorarse?
- No gracias, creo en su palabra, aunque no parezca muy bien construida.
- ¿A que se refiere?
- “Si tuvo que tener tenido” es una frase sin sentido.
- Mire Dr. Rolling, ¿Porqué no piensa un poquito? Soy un rumano, hablando en ucraniano, y usted me entiende en perfecto español, no joda. Mi traductor simultáneo hasta ahora le permitió entenderme, téngale paciencia a los detall... Puff, que acidez me dio esa sangre, estoy repitiendo todo. No me siento nada bien. Que raro... siento... que... me... desma...
El Barón Rédnous sin terminar la frase, cayó redondo al suelo. Se había puesto tan pálido, que hasta la nariz le había quedado blanquecina.
Por unos minutos se movió convulsivamente, hasta que luego de dar unas pataletas finales quedó absolutamente inmóvil.
- Merlina, Marswoman, ahora, ¡Derriben la puerta! –las urgió nerviosamente el Dr. Rolling-
Las dos muchachas unieron prestamente sus fuerzas, y entre los rayos de Marswoman, y un conjuro de Merlina, la puerta se evaporó en el aire.
Sebastián Rolling se abalanzó sobre el cuerpo del Barón Rédnous con la estaca de madera en la mano, pronto a terminar con su macabro cometido. El larguirucho Lindares lo secundaba con un martillo que siempre llevaba en el bolsillo para clavar la estaca, pero antes que Rolling pudiera apoyar la estaca en el pecho vio que el cuerpo del Barón estaba humeando y de a poco se desintegraba.
- ¡A la flauta! Estaba ácida en serio la sangre de Ratalina... Lindares, Merlina, ahora conocemos un nuevo método para acabar vampiros. Lo informaremos a la sociedad internacional de caza vampiros, junto a una queja formal por el asunto de las balas de madera, el agua bendita, y la cruz.
Se quedaron observando hasta que el cuerpo de Rédnous, solo fue un montón de polvo con olor a viejo.
- ¡Qué alguien me saque de aquí! –se oyó la vocecita extraña de la hormiguita con cara de hermosa mujer-
- ¡Hermanita! –exclamó Will, abalanzándose sobre el recipiente de cromo-vanadio para liberar a Aniux-Ant-
- ¡¡Ahhh, que alivio!! Ya se estaba haciendo irrespirable adentro del recipiente.
- ¿Andás con gases? –pregunto Rolling en alarde de mal gusto-
- ¡Tarado! –le respondió la hormiguita, en alarde de femineidad.
- Vamos a aprovechar ese recipiente para poner las cenizas del Barón, y luego lo terminamos de rellenar de cemento y lo tiramos en la fosa de las Marianas en el viaje de regreso, por si hay alguna posibilidad que se regenere e intente salir del recipiente, pero lo dudo. Creo que soltó su última risa maligna.
- Si, se murió y ya.
- ¿Y Ratalina?
- Aún vive, está sumamente débil, y no sé si sobrevivirá, pero miren que curioso: perdió el culo.
Veintitrés ojos dirigieron su mirada hacia el final de la espalda de Ratalina, que efectivamente había perdido totalmente su volumen.
- ¿Cómo veintitrés ojos? Somos los seis que llegamos al castillo, más los cinco Deep Purples, eso son veintidós ojos.
¿Ah sí? ¿Y el cíclope que esta subido al monopatín a tu izquierda?
- ¿Y este de donde salió?
Me lo inventé ahora mismo.
- ¡Anda a cagar! -refunfuñó Rolling, para luego proseguir- Sospecho que las nalgas de Ratalina, funcionan como las jorobas de un camello, pero en vez de agua, almacenan sangre, o lo que sea que tuviera en las venas.
- Bien, ya terminó todo. ¿Nos vamos? –sugirió Lindares-
- ¿No te ibas a quedar a vivir aquí?
- ¿Con el café a 13 grivnas? ¡Ni loco!
Fueron de uno en uno desandando el camino hacia la puerta de entrada. Rolling, el penúltimo en salir de las mazmorras, detuvo su marcha hasta que Will O. Wood que se había quedado unos minutos a solas con Ratalina, se le emparejó.
- ¿Terminaste lo que comenzó el Barón?
- ¿Quieres decir si la maté? No, no pude hacerlo.
- ¿No venías a eso?
- Si, pero el autor no me dejó terminar con ella.
- ¿Porqué?
- Aún sueña con vender el guión a Hollywood, y dice que necesita la duda de su supervivencia, para el caso que haya una segunda parte y la tenga que usar otra vez.
- Menos mal que no se le ocurrió lo mismo con Rédnous.
- Sí se le ocurrió, pero el Barón era muy sobreactuado, en cambio, Ratalina es una villana natural, y esas son las que no abundan.
Continuaron conversando hasta que se reunieron todos en la puerta de entrada del castillo, y nuevamente Merlina con un conjuro, los hizo levitar hasta descenderlos plácidamente sobre la ladera de la Colina de la Muerte.
Los caballos de Ratalina se encontraban pastando aún en las inmediaciones, Lindares les quitó las monturas y los espantó para que se alejaran del lugar en libertad.
Luego fueron subiendo todos al autobús en que habían llegado los Deep Purple, y que los llevaría a todos hasta Sebastopol.
Turín, el chofer del autobús, que no había ingresado al castillo por quedarse durmiendo en los asientos de atrás del vehículo, fue el último en ascender al mismo. Antes de hacerlo dirigió una mirada al camino que iba a emprender y vio venir a un ciclista cuesta arriba pregonando: ¡Café, café!
- C’mon Turín, we don’t have the whole life to be here, let’s go! Get up and drive! –lo apuró Paice para que se fueran de allí-
Turín dirigió una postrera mirada al castillo antes de cerrar la puerta del autobús, diciendo:
- ¡Que mierda!
****
Epílogo de interacción.
¿Logrará Sebastian Rolling Wheel, cazar algún vampiro?
¿Conseguirán marido las supersolterosas?
¿Invadirá Will O. Wood, los Estados Unidos do Brasil?
¿Para que regresó el cafetero al castillo?
¿Habrá sido para abusar sexualmente de la moribunda e indefensa Ratalina coLa Flaca, o para presentar su famosa carta de renuncia?
¿Se le habrá pasado la erección a larguirucho Lindares?
¿Tendría más éxito la historia, si Marswoman fuera la protagonista principal?
¿Tendrá Aniuxa, esa voz graciosa en la vida real?
¿Porqué se disparó el precio del café un 260%?
¿Dejará de mutar el texto cada día?
¿Habrá algún lector raptado por él, y no sabe como escapar? (yo lo ayudo: siga la flecha ------------>>>>)
¿Siguió la flecha realmente?
¿Que esperaba ver a la derecha de su monitor?
¿Miró a la derecha despues de leer la frase anterior?
¿Y ahora?
¿No puedo lograr que mire a la derecha?
¿Aprenderá Gustavo Malomo a escribir?
¿Y a lograr que la gente mire a la derecha?
¿Habrá segunda parte?
¿Cuanto tiempo le insumió a Orlandoteran leer la novela?
¿Habrán sido 10 minutos?
¿Cómo se obtiene un Malomo?
¿Habrá que frotar una vieja lámpara de aceite, o un manicomio?
¿Cambiará el prólogo para admitir que más de diez llegaron al final?
¿Se habrá sobrecargado La_carreta leyendo la novela?
¿Resistirán sus ejes un litro de helado por lectura?
¿Terminará el epílogo siendo más largo que la propia novela?
¿Fin?
A pocos días de su publicación, todavía no apareció ningún productor de Hollywood interesado en llevarla a la pantalla grande. No sean tímidos, soy muy accesible. Dejar mensaje en mi libro de visitas. Al primero que oferte se la vendo.
Productores, ¿Están perdiendo el olfato? ¿No saben "oler" un exitazo? ¡Dejen de meterse polvos blancos en la nariz, caramba!
Apúrense que ya iniciamos el viaje a hollywood.
Todavía nos pueden contactar por el camino, pues como vamos en carreta, demoraremos un poco en hacer el viaje.
Como la inclusión del Titanic no fue suficiente para conmover a ningún productor, aquí dejo una lista con el reparto que debería tener la pelicula para garantizar el éxito.
Elenco (en orden de aparición)
Sebastian Rolling...........................Keano Revés
Mario “larguirucho” Lindares.............Pennis Rotman
Merlina........................................Culia Roberts.
Juan Gomero................................Groncho Marx
Cacho Azafrán..............................Sin Connery
Vinicius de Moraes........................Jim Self
Ratalina coLa Grande.....................Gland Close
Will O. Wood................................Hell Berry
Mutant X-Marswoman...................Camarón Diaz
Aniux-Ant...................................Jer Self
Barón G.M. Rédnous......................Fea Lugosi
Deep Purple.................................Los Quilapayún
Cafetero.....................................George Cloned
Cíclope.......................................Unk Nown
Turín..........................................Nap Oles
Estrella invitada:
Narrador (voz en off, sin circuncisiones)...............Kosher Rabbit
Gustavo Malomo
Montevideo, diciembre de 2005.
|