Un campesino, no muy avispado, esto le sucedió
novato en ayuntamiento con hembras, se casó.
Ya en cama con su mujer, ésta la espalda le dio,
las tersas nalgas para su goce y posesión le ofreció
debidamente empitonado con su lanza la penetró.
Excitado y un poco confundido a su mujer, preguntó
si tenía dos coños. Ella, con picardía, -sí, contestó.
-Con uno me basta, el otro me sobra. Él le replicó.
Entonces la astuta mujer, que el cura siempre amó
-Podemos dar limosna con el segundo, ella siguió
se lo damos a la iglesia, a nuestro cura seglar
a ti nada te faltará, con uno podrás gozar".
El hombre consintió, pues un peso inútil se quitaba
y hacía un favor al cura que a la mujer amaba
Así lo invita y le expone el asunto después de cenar
Al acabar de comer, van los tres a la cama familiar
de modo que la mujer se pone en el medio, del par
el marido por delante y el otro por detrás, sin dudar.
El ansioso sacerdote fue el primero en tocar.
La mujer de su parte, con suspiros participaba.
El marido, temiendo que el cura su terrerno atacaba
"Cumple bien con los tratos hechos. le gritaba
y usa de la parte que te ha sido regalada
y deja la mía intancta que es bien agraciada.
Le contestó el sacerdote:
Dios me salve, que yo no envidio tu porte
y solo pido de los bienes regalados poder usar.
El idiota del marido se tarnquilizó
y con tales palabras le invitó
a usar libremente delo que le había concedido a la IglesiA.
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