LA PUERTA VII




Sábado 5 de agosto de 2006.
Espere casi un año para resolver el enigma de Gravenose.
Pero por fin, la sombra del árbol de mármol cubrió las letras y números, yendo cada rama a acertar en el lugar correcto.
Maravillado por la sagacidad y paciencia que debió tener el creador del enigma y su mano ejecutora, marque en mi copia de la lapida las letras y números que la sombra señalaba.
Cada rama trazaba un camino de letras, mientras unos conocidos números aparecían señalados también.
Allí estaba todo: leí lo descubierto y mi corazón dio un vuelco.
Utilizando un método ultra difícil de lograr desencriptar sin una llave maestra o guía, Gravenose había escondido en la gran cantidad de letras y números un diario de su viaje, además de los planos para la construcción de…digamos…una especie de maquina.
Envié los informes de los planos a mis superiores pero retuve la información del diario hasta leerlo y desencriptarlo yo mismo.
Tratare de ordenar los sucesos y mi desacostumbrado proceder.
Las medidas para la construcción de la “maquina” correspondían con los de la lapida, solo que esta debía construirse con unos espejos especiales, que puestos en determinada posición y utilizando un poderoso haz de luz, a determinada temperatura ambiental, montando esta estructura sobre una plataforma circular, impulsada por un poderoso motor etc.
No corresponde que divulgue como construirla, ya que la fundación se encargaría de la misma, y si los planos eran aprobados por los técnicos, se comprobaría su eficacia.
Solo agregare que el “muertenauta” debía introducirse adentro de la misma, produciéndose una especie de muerte física “controlada” (me fallan las palabras…), transformándose una parte de su naturaleza en una ¿entidad? Que tenía acceso al mundo de los muertos.
Este experimento se desarrollaba en escasos 30 segundos, pero para el viajante, el tiempo carecía de importancia, ya que en ese “otro lado”, el cuerpo carecía de materia tangible y física y el tiempo era totalmente relativo.
Gravenose afirmaba haber experimentado solo una vez con éxito esta “muerte controlada”, pero con esa vez fue suficiente para recabar información y comprobar el éxito de su proeza.
Dado los datos de la maquina, y pidiendo las disculpas del caso a quienes quieran detalles que no puedo revelar por estrictas ordenes de mis superiores, revelare como llegue a desencriptar el diario del viaje del científico, y me bastan sus palabras para afirmar con contundencia que el si lo hizo, el cruzo la barrera entre la vida y la muerte.
La sombra del árbol de mármol trazo una serie de líneas y números, que si los pusiera encadenados nada dirían. Daré un ejemplo:
“M2EU2TR-5” es igual a la palabra MUERTE.
En el ejemplo, los números se deben reemplazar por la letra que esta a la distancia indicada.
Tenemos una M, la dejamos allí. Luego hay un 2, al que debemos reemplazar por la segunda letra, contando hacia la derecha, o sea U.
La E que sigue a continuación queda en su lugar y tachamos la U ya utilizada; luego viene un 2, que debe ser reemplazado por la segunda letra a su derecha, que es una R.
A continuación tenemos una T que queda en su lugar y luego aparece un -5 que debe reemplazarse por la letra que aparece esta vez a la izquierda, cinco lugares atrás, que es de nuevo la E.
Imaginen lo que costo traducir el texto que ahora tengo en mis manos utilizando este sistema ideado por el científico, e imaginen su paciencia para la construcción del mismo, haciéndolo coincidir con la sombra del árbol de mármol, y además “escondiendo” en el los planos para la maquina.
Esto nos da una idea del genio de Gravenose, o del grado de locura que tenia…
Utilice 4 meses de paciente traslado de letras y números para poder leer lo que a continuación transcribo, pero al final, después de aceptar que estaba ante un coloso de los criptogramas, las palabras de este fueron el descanso para tan ardua labor.
Agregare que los científicos hicieron las experimentaciones correspondientes con la maquina, y el ensamblaje de los componentes de la misma fueron realizados en el transcurso de tiempo que me llevo la traducción del diario del científico.
Pregunte sobre los resultados de las pruebas el mismo día en que entregue mi informe final, junto a la traducción del diario de viaje.
Mi superior y enlace con la fundación leyó adelante mío el diario que yo había mantenido oculto sin reprenderme.
Sabían que existía y que yo lo entregaría “traducido”.
- es todo cierto ¿no?- pregunte ansioso
Mi superior me miro con una sonrisa.
-¿tenias alguna duda Anselmo?
Negué con la cabeza clavándole una mirada escrutadora.
-tu lo has dicho. el lo hizo…y uno de los nuestros también.
Evite estallar en un grito de algarabía y júbilo solo por mantener la compostura.
Lo sabía.
Estaba seguro: no había mentido, el lo había hecho. Poco me importaba quien o como lo habían hecho en la fundación.
Gravenose lo había experimentado.
Salí de la oficina con un nuevo trabajo en el bolso de viaje.
Tenia que viajar esa misma noche hacia Madrid.
Una nueva investigación me esperaba, pero antes, pase por la casa de Soria y allí me encontré también con Marylena.
Les deje una copia del diario de Gravenose y partí raudamente hacia el cementerio de la chacarita.
Tenia que dar mis saludos finales a los restos mortales de un genio.