Te pertenezco, lo grita mi alma, lo dicen mis ojos; lo dibujan mis labios en una suave sonrisa. Te pertenece; mi carne, mi mente y espíritu. Porque mi completo ser te necesita. Te pertenezco; en la quietud de la noche, en la intensidad de mis días. Te pertenecen en libertad mis sentidos y siendo libre; vivo.
Texto agregado el 11-12-2005, y leído por 123 visitantes. (2 votos)