Hay sueños que tienen matices diversos. Hay otros, que no pertenecen a esta atmósfera...
Siguiendo un rumbo, al parecer determinado; avanzan, como sonámbulos en la cuidad. Cada cual en su propio afán, inmortalizados por un anhelo, tatuados de una propia y única visión enceguecedora.
A ratos caen, pero se levantan.
En ocasiones, mueren, mas los sobrevivientes persisten y no es casual que sean quienes ven más allá de lo que este mundo material les ofrece. Mantienen el ánimo constante, se enfrentan al adversario y siguen batallando.
Pues son los sonámbulos que continúan su camino y que han cruzado el umbral de lo real, quienes logran el objetivo. Su cotidiano ensueño se transforma, ya no son a ojos mortales "sonámbulos a tientas en la ciudad", pues han sido sellados con una huella imperecedera, grabada en sus frentes, por haber enraizado un pensamiento estático, uniforme, constante. Capturando, finalmente, el sueño. |