Corre el viento y agita las guirnaldas de la fiesta. El día anterior me perdí de los preparativos, andaba por ahí husmeando el terreno suave de una piel de oro. Y no es que sea una hembra metalizada ni nada de eso, es de esas mujeres que cuando vez su piel dan ganas de tocarla y una vez que la tocas, te quedas ahí pasmado entre el dintel de la puerta, la abrazas y no la sueltas hasta que sus uñas se clavan en tu pecho. Quede asustado. Salí corriendo, en el camino congelado caía a pedazos el agua. Me derrito y solo tú sabes de qué estoy hablando.
La otra mañana te encontré en mis sueños, desperté por la voz infaltable del señor del diario y como de costumbre escuche el timbre, tres veces, después de treinta años sigue haciéndolo, perdido en que no es necesario que lo haga, simplemente el canasto de la correspondencia podría recibirlo. En fin, la inercia me conduce lentamente de nuevo. Sueño… Tirada sobre la alfombra, una manta de seda te cubre, a la vista tu brazo que en medio de la nada me busca. Tus piernas tratan de tocar el piso. Tomo despacio tu mano, me aprietas firme y húmeda. Pongo mi cuerpo junto al tuyo y en tu oído suenan mis palabras. Me escuchas, cierras los ojos mientras mis manos recorren tu espalda, suave tu cuerpo se desplaza, viene hacia mí, lo siento, me sientes pues rápidamente te das vuelta y me abrazas con tus piernas. Es aquella de la que no hablo casi nunca, pero que nombro siempre.
Despierta!!! Debes estar muy loco, hablas por las noches, despiertas ahí nombrándola, pasas más de la cuenta en la ducha pensando que ella esta contigo bajo el agua, piensas que caerá en tus brazos, que podrás besarla eternamente, que la humedad de los cuerpos se fundirá en ese primer abrazo, ¿que haces para alcanzarla? Nada. Crees que ella tomara la iniciativa y te quedas ahí como palo por dentro y por fuera. Su belleza te atrapa, pareces un bobo, y no estoy diciendo que no lo seas, solo que es más claro cuando piensas en ella, se te nota en la cara.
Piensas y piensas en sus manos, recorriendo los temblores en tu cuerpo.
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