Te estrecho en mis brazos, beso tu boca,te digo: ¡Te amo! Y tú te estremeces y devuelves el beso, y muy quedo, muy quedo, me dices: ¡Te adoro! ¿Estaré despierto? ¿Estaré soñando? ¿Será esto la gloria? ¿Que me importara si la gloria no fuera este sentimiento que llena mi alma?. ¡Te amo...! ¡Te adoro...! Me basta y me sobra con que nos amemos, sin que nada ni nadie se ponga a decir como se llama, esta pasión que a los dos inflama.
Texto agregado el 10-12-2005, y leído por 146 visitantes. (4 votos)