ADMIRO


Admiro a la noche
por su silencio
por su humilde riqueza
de eternos brillos
que me sonríe al alba
con voz de niños

También admiro al día
con su ajetreo
con lluvia, sol y viento,
con su trasiego
de ires y venires
y esos momentos
de dar gusto al sentir

Y al acostarse
el sol por la colina
con dorado pañuelo
diciendo adiós
admiro las miradas
de mi familia
que, entre risas y voces
me dan calor.