Y después la muerte si quieres



Niña río de luz, caudal de oro
tu cuerpo lleno todo de alegría
y las pecas bailando en tu piel
se inician jubilosas ante mis ojos.
Es en ti la primavera apenas
y ya comienzas a poner de cabeza
el mundo que te rodea impaciente
por la acidez dulce de tus frutos.
Llevas con descuido tu agitación
el grito subversivo de la decencia
fragilidad aterradora de mis sueños
creciendo como un remolino de fuego
tras la dulce apariencia que te cubre.
El cabello anudado te deja escapar
asida en el aroma de las flores
de tu cuello desnudo oleadas de música
llegan hasta mi en forma de sonrisa.

“Niña de cuerpo virgen
pálido, inocente y firme
declara al día (Tu esclavo)
la libertad que te llena
y serás la mujer que llega
por la voluntad de tus años.”

De ti nace la savia que convierte
el río de sangre de mis pensamientos
llevado hasta la cima de mi oráculo
por la mano profeta que soy ahora.

Camina mujer a través del cristal
Sal del encierro, del encanto
ven descalza sobre la hierba
sigue el camino al jardín secreto
hasta encontrarnos en el centro
descansar bajo las hojas del árbol.
Atiende al arder de los días de espera
Siente la curiosidad que me mueve
estos instintos de inmadurez
seducidos por el daño constante
de los deseos.

“Niña labios de manzana
yo soy la mordida de Adán
Un lobo dispuesto a pecar Babélico
por tu fragilidad.”

Ven y celebra el sacrificio.
Eleva con tus manos la marea
el nervio contenido por la noche
de mi conciencia puerta abierta
a un cielo lívido y moribundo
por donde vuelan eternos
la golondrina y el cuervo.
Eso somos, un presagio.

Calla el rumor de lo que pienso
con la humedad de un beso largo.
Derrama sobre mí tu naturaleza
llévame a gritos a las llamas
y encenderemos el alba
con destellos de herencia.

De los temblorosos átomos
del polvo que me compone
se erige la felicidad que me llena
en clamor agónico que llamo clímax

…Y después la muerte si quieres.