No existe paraíso me devuelve la sal de sus huesos delineando el contorno de mi piel Sin saber se asfixia mi vientre le guarda y mi carne, testigo, le observa caer No existe paraíso ni resguardo asegurado la luz se apaga la fuerza se acaba Volvieron los adioses de paisajes sumergidos mala entraña poca fe en demasiada sed
Texto agregado el 03-11-2003, y leído por 389 visitantes. (12 votos)