FUGA Y TRÁNSITO XIII

LA MUERTE DEL PIRATA


Durante el juicio se comportó con corrección ,casi con cortesía ,pero se le notaba ausente .De el emanaba una extraña arrogancia que no iba dirigida al juez ,ni a sus acusadores ni a ninguno de los ocupantes de la sala .

No rechazó los cargos ni intentó atenuar o presentar de forma amable imputaciones cualesquiera .Eso si porfió en algunos detalles de forma .Ante acusado tan bien dispuesto llegó pronto la sentencia que era de condena y nada baladí pues lo condenaban a muerte .

Justo veinticuatro horas antes de ser ajusticiado recibió la visita del alcaide quien le ofreció la concesión de un último deseo ,siempre que éste ,cupiera dentro de límites razonables .

El reo con voz tranquila y sin ningún matiz de emoción en sus palabras solicitó que lo dejaran soñar ,pues al cabo era la única destreza en la que no se aplicaba de aprendiz .Manifestó que se hallaba cansado de vivir sin dignidad ,sin haber conseguido dominar un oficio ,sin mujer .Solo una vida de errores y tentativas fracasadas y además el delito que le había conducido al patíbulo era vil ,un asunto lujurioso acompañado de robo .Y a la postre como lo único que sabía hacer correctamente era soñar ,quería morir soñando .Así que ,con modestia ,solicitó del alcaide que él y sus subordinados fingieran que ejecutaban a un pirata .

Al retirarse el alcaide meditó en la proposición y la juzgó interesante .Cuando la comunicó al juez éste a su vez argumentó que sin entrar en el género de fantasías que exhibía el reo ,afirmaba renegar de su vida anterior y por lo tanto de su delito ,lo que comportaba un arrepentimiento firme.

En aquella aurora radiante ,el reo fue conducido a un patio auxiliar y de altos muros ,lejos de la mirada de los otros presos del penal ,donde en un triste rincón se levantaba el cadalso .

En la comitiva ,presidida por el juez ,figuraban el alcaide ,un oficial de policía y ocho números ( alguno de ellos ,cercano al cero ,a juzgar por su rostro ) así como un médico ,un sacerdote ,varios periodistas y el ejecutor .

Instalado ya se le ofreció cubrir el rostro con un paño .Pero el reo rehusó declarando que quería morir con los ojos bien abiertos y mirando al mar .

Ante todos ,adelantándose ,el juez ,severo ,adusto y terrible bramó :
Juan de Ribadeo o Jean de la Rochelle o Hansen le Pimp o como quiera que te llames conoce que subes al patíbulo por treinta delitos de filibusterismo .
Sabe que eres reo de muerte por motín en navío de guerra .
Eres reo de muerte por asesinato de diez oficiales .
Eres reo de muerte por izar pabellón de pirata .
Eres reo de muerte por abordaje y hundimiento de seis navíos de la corona .
Eres reo de muerte por bombardeo de dos puertos coloniales .
Reo de muerte por asesinato y robo de tripulaciones y pasaje correspondiente .
...
Y así ,leídos todos los delitos que lo habían hecho culpable terminó con un “cúmplase la sentencia “ .

Azotado por el viento de una ciudad del interior pero soñando con la brisa del océano, resplandeciente de orgullo ,muere un caballero de fortuna .


Lo oí o lo soñé y consta .