JORNADA XXVVMMII
MOIRA
Pude en aquel cementerio burlar el encono de mis perseguidores ,pero si buscaba alivio ,descanso y soledad me equivocaba ,pues entre tinieblas hallé conversación no deseada con un joven untuoso ,circunstancia que me obligó a mantener durante toda la noche la mano en el pomo de la espada .Exhausto y en tensión pude oír lo que a continuación se narra .
- De niño ,con mi madre ,venía a este cementerio ,juntos visitábamos la tumba de nuestros antepasados y en ella depositábamos ofrendas y encendíamos lámparas .La recuerdo ,a mi madre ,alta y cubierta con un velo negro de cabeza a pies .
- Siempre en el mismo recodo ,sentada en una tumba ,se encontraba una mujer musculosa .Decía mi madre que se trataba de una moira y para evitar su peligro me exhortaba a que la ignorase y no permitiera que sus ojos ,abiertos con desmesura y de fijeza infernal ,posaran en los míos .
- Pasaron los años y llegó el tiempo en el que a mí correspondía honrar a los queridos durmientes .A veces topaba con la moira a la que yo ignoraba .Hasta que un día permití que me atrapara con su mirada .Lo que sucedió a continuación es difícil de narrar pero creo que poseí ,o mejor ,fui poseído por aquella mujer huesuda y casi anciana .Es extraño ,pero ella me procuró una indecible voluptuosidad .
- Este suceso volvió a repetirse en ocasiones hasta que a partir de un día dejé de verla y por yacer una vez mas con ella comencé a venir todos los días .Ahora vivo aquí .
Estaba amaneciendo ,pensé que los cementerios siempre habían sido refugio de bandidos y de gentes extrañas .Otros ,hambrientos ,robaban el aceite de las lámparas y los panes de ofrendas .
Con las primeras luces pude ver cómo los ojos de mi compañero ,en los que habitaba algo poderosamente ávido ,vigilaban mi mano armada .
Así lo soñé o así me lo contaron .
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