Al salir a la vereda y cruzarme con tus ojos
Supe desde ese día que te quería mía
En esa esquina donde te hallabas, al pasar yo me callaba
Se empañaban mis anteojos
Parecía una ironía
Caminaba y te contemplaba
Hasta que un “hola” repentino
Se desprendió de mi garganta
Y me sentí un idiota
Hasta que vi tu sonrisa
Me respondiste el saludo
Y quede como un boludo
Ese día me enamoré,
no me preguntes por qué
Y me llene de ilusiones
pero todo fue en vano
pues terminaste saliendo
con un amigo de mi hermano
con el tiempo empecé a tapar
eso que por ti sentía
luego me tuve que mudar
y fue peor todavía
cuando creía todo resuelto
y lo daba como olvidado
por esas cosas del destino
te crucé el otro día
todo lo que pensaba ya muerto
empujó desde adentro hacia fuera
conversamos dos palabras
no pude despegar los ojos de tu rostro
quizás yo para vos sea el mismo idiota
ese que te mandaba flores por los vecinos,
ese que no se animaba a decirte más que hola,
ese que escribía las mismas cursilerías que ahora,
puede ser que sea algo de ese que recordas
pero también soy hoy, alguien que se anima
nuevamente a retomar ese sentimiento perdido que algunas vez fue
eso que sentí y tengo ganas de sentir,
si me das oportunidad para conocerte, conocernos, estoy seguro no te vas a arrepentir nunca.