DESPERDICIOS DE UNOS – ANHELOS DE OTROS

En un lugar hermoso conocido con el nombre de Minca, dentro de un país hermoso (Colombia), había mucha gente que deseaba viajar a la capital en busca de mejores oportunidades de vida, en busca de obtener estudios y un empleo favorable. Mientras tanto, en la mejor Universidad del país, “estudiaba” Jesús, un hombre que pensaba marcharse olvidando todo, decidió irse un día sin decir nada a nadie, cogió sus cosas y se marcho, dejando todo botado como basura en la caneca, llegó a un lugar muy conocido y turístico (El parque de los nevados), uno de los lugares mas hermosos de nuestra querida patria colombiana, pero al mismo tiempo uno de los lugares mas peligrosos de nuestro país. Mientras eso pasaba, al otro lado de Colombia, en la costa caribe, en Minca, Pepe un joven recién graduado del colegio, soñador y berraco, que decidió ahorrar y marcharse para la capital, al llegar allá, sin dinero para matricularse en una universidad, decidió trabajar y aprender al mismo tiempo, fue a las distintas universidades y ofreció sus servicios (pasar las tareas o informaciones para los estudiante) y en vista de no tener computadora y aprovechando su talento caligráfico, transcribía lo que fuese necesario. Con el tiempo fue memorizando algunas cosas que cotidianamente le pedían transcribir y, de esa manera recolectó fondos para poder matricularse en la mejor universidad de Bogota, al hacer su examen de admisión, sacó un puntaje tan alto, que lo adelantaron a segundo semestre por su alto conocimiento y ventaja sobre los demás. Durante todos estos días, Jesús se la pasaba acostado bajo una gruta de hielo, frente a una fogata que encendió, desafortunadamente para él, un día mientras “disfrutaba” de las comodidades que el no había trabajado y que su papá le daba, un grupo de guerrilleros pasó en ese instante rente al lugar donde se encontraba él; en vista de que había fuego, y no era el grupo al margen de la ley quienes lo habían creado, observaron a un niño pechichón (Jesús) y lo capturaron y lo tuvieron de rehén durante un tiempo, pero después de ese tiempo, se encontraron con un grupo militar de contraguerrilla que había sido enviado a ese lugar y como es su deber, los militares enfrentaron a los guerrilleros y estos descuidaron a Jesús, quien cautelosamente se fue alejando y se marchó.
Hoy en día Jesús esta en su casa muy cómodo, pensando que hacer con su vida, estudiando juiciosamente, y conciente de que, como dice el viejo refrán, “uno no sabe lo que tiene hasta que no lo pierde” y tiene bien en claro que debe sudar el dinero para poderse seguir dando los lujos que le daba el papá, porque de lo contrario, no tendrá nada más y será allí, cuando se de cuenta que todas las cosas que él desperdició pueden o son los anhelos de alguien que no lo ha tenido todo en la vida, y que realmente quiere progresar.