chilenismos:
$ 100: alcanza para 2 panes.
paleteado: Genereso, hace favores.
Mekano: Programa de tv con mujeres bailando
padre Hurtado: Un cura que recogia a los niños de la calle y los invitaba a su casa, ahora es Santo.
Plan Auge: subvención del gobierno para determinadas enfermedades.
Contrato a $100
Mis ojos eran azules hasta que les entró tierra. Mi cabeza piensa estupideces !Sí, cómo la que lees ahora! Y poco me importa tener una nariz respingada, hacia abajo, como espolón superlativo que sirve de abanico cuando digo -No- con la cabeza. Igual es mi peor sentido y mi futura compañera puede estar tranquila, seguro en la cama le soportaré los olores, algunos están ciegos de amor, yo estaré "Nolor" de amor. Ni idea cómo se llaman los que no huelen. Caso distinto, aquellos que no sienten sus propios aromas, esos, sí sé como se llaman, hediondos.
Intento, pero no encajo con los góticos por mis colmillos separados. Pienso demandar a Pepsodent por discriminarme antes del casting, mis dientes son paleteados, lo sé, obvio que lo son, no cobran por masticar y me como su comida. Mi barba es tímida y nadie la ve, no puedo afeitarla porque le teme a la Gillette, y como no enfrenta su miedo, no crece. Casi es verano y aún no oferto la confitería abdominal, tengo 16% grasa corporal y todavía no vendo "na". Sobre mí poto, he de mencionar lo mágico que es, cuando lo cubro con el pantalón y dejo que el público lo vea ¿El truco? Nada por aquí, nada por allá. Respecto a mi hígado y pulmones, ya no sirven, quizá para un paté. Por eso participo en esta pagina literaria que es un zoológico de personalidades, con mi mundo interior cuerda-mente-loco, y no en el modelaje o en Mekano bailando Reggaeton como numero artístico. Maldita globalización, esto no puedo venderlo en un supermercado, me voy a morir de hambre. Bueno, no seré el primer vago, por algo el padre Hurtado dijo dar hasta que duela. A mí, ya me hierven las ampollas de los dedos de tanto escribir y hacer harina, al triturar las migas de pan de mi teclado. Pero claro, escribir es mi pan de cada día. Aunque haya tenido que contratar a una persona para que lea mis cuentos, por cada uno le pago 100 pesos. El no tenía un trabajo, pero sí un oficio aburrido; es un vago que vive de la limosna de la gente, se alimenta de la lástima y pasa los dias encuclilla con las piernas dormidas y la mente hipnotizada en nada, viendo pasar la gente de izquierda a derecha y viceversa. Por lo menos, ya no somos cesantes y nuestra dignidad tiene un "Plan Auge", yo le doy una distracción a cambio de su critica literaria. Y él, incluso, dejó de darme el habitual gracias con tono de Game Over cuando le pongo una hoja y una ficha en su vasito.
|