Es un soplo de aire revestido por arcilla; la tempestad latiendo dentro de una carne; ese infinito mundo sin fronteras; un sol amaneciente o la lluvia impredecible transitando sus confines. Somos esa instancia donde la mente confabula inimaginables sensaciones; un ente de códigos y letras en permanentes combinatorias; la realidad y lo perverso cohabitando; esos miedos disipando las agallas, junto a la clandestinidad que nos desteje el alma. El cielo atrapado en un conjuro; un arquetipo de huesos y tendones; la vida fluyendo apresurada; ese misterio agazapado en nuestros cuerpos; la soledad agrupada en átomos y sangres. Un leve susurro expandido sobre el cosmos; latitud y longitud de una piel que hace agua en las tinieblas; el anverso y reverso de la vida; ese gemido inscripto en nuestros vientres, bajo el sonido de un reloj predeterminado por los Dioses...
Somos lo que quisieron que seamos; aunque también, lo que deseamos ser...