Caminaba hacia la cocina. Al llegar, cogí el mismo cuchillo de siempre...
Tantas veces, tanto intentos y todos fracasados. Siempre lo intentaba el odio me dominaba, esta vez era diferente, no pensaba aguantar ni una mas, no iba a permitir que me arruinaran la vida, eso ya lo haría yo, les dejaba sin juguetito. En el momento en que toque el mango del cuchillo, me asaltaron temores.
Cerré los ojos, relaje los hombros y los brazos, y baje la cabeza. ¿Por que iba a hacerlo?
-¿porque te han amargado la vida, te han traicionado, te han herido y te han usado? No eres mas que su juguete, un objeto sin valor, sin voto. Un utensilio que utilizar. Eres SU juguete - me decía una voz llena de frialdad desde lo profundo de mi cabeza, mientras, mis ojos se humedecían.
Los abrí. Coloque el cuchillo sobre mi muñeca, hice presión y ante el dolor cerré los ojos, con porte digno, continué profundizando la herida.
Note como el caliente liquido rojo resbalaba, brotaba de la incisión de mi muñeca y recorría mi piel hasta llegar al codo... Y goteaba manchando el suelo.
Ploc, ploc, ploc.
Oía caer las gotas al suelo... Abrí los ojos...
Aparte el cuchillo y me apoye sobre el mármol. Deje el cuchillo en el fregadero y mire asombrada mi logro. Sonreí.
Y una voz me pregunto
- Para librarme de ellos - respondí en voz alta - para que no me hieran...
y desapareció en una carcajada la voz.
Corrí a tapar la herida... pero fue tarde...
No debería morir por ellos... No debería eliminar mi existencia por su hipocresía...
Esa no era la solución...
Me di cuenta demasiado tarde... pues la Oscuridad eterna se cernió sobre mí.
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