No me vuelvas a preparar el café, por favor, entrando en la cocina después de la ducha, para despertar, para dejar los sueños atrás y poder enfrentarse cara a cara, con las tareas cotidianas, deudas, dinero, dinero... no me vuelvas a preparar el café, por favor... ¿ en que momento la vida se convierte en el preámbulo de un día de trabajo y nada mas?... sobre la mesa , el tazón, esa luz limpia, el vapor coronándolo, esa luz limpia que se ensucia a cada segundo y lo sabes por tu cara en el espejo, no me vuelvas a preparar el café, por favor, en el tazón amarillo pato, en su tazón amarillo pato, con el que le gustaba pasearse durante esos pocos minutos que se dedicaba a él, no me vuelvas a preparar el café, por favor, que sólo mirándolo podía saber que lo había preparado para complacer su gusto, las medidas exactas de café y de leche, de forma que quedara cargado con un poco de leche, una cucharada de café y un poco mas, solo un poco mas, agua hasta la mitad de la oreja, dos cucharadas de azúcar, con el olor se puede saber si tiene más o menos de dos cucharadas de azúcar, solamente con el olor, no me vuelvas a preparar el café, por favor, tomo el tazón entre las manos, la temperatura afirmaba que tenia la cantidad acertada de leche, porque sino, se enfría mucho más rápido, y a él le gusta beberlo caliente al comienzo y sentir como se enfría el tazón en sus manos, camino hacia el lavaplatos, observando los árboles por la ventana, no se puede tener un lavaplatos sin una ventana sobre él, ¿te imaginas lo triste que sería?, sobre el lavaplatos es de los lugares en los que no puede faltar una ventana, definitivamente, dejo caer poco a poco el café, abrió el agua fría para lavar la taza ¿sabias que en el hemisferio norte, el agua gira en sentido contrario? Puso de nuevo la tetera sobre el fuego, porque le gustaba beber su café caliente, con una cucharada y un poco mas de café, agua hasta la mitad de la oreja, dos cucharadas de azúcar y solo un poco de leche, no demasiada, no me vuelvas a preparar el café, por favor.