hubo alguna vez en la historia de nuestras vidas, como seres racionales que pisamos la tierra, una edad que se llamaba de oro...en esa edad de oro todo era felicidad, los humanos se amaban y sabian entenderse, comprender sus diferencia y aceptarse los unos a los otros con sus diferencias de opinión y físicas, puesto que entendían que los unos eran nada sin los otros, ya que lo que uno hacia bien el otro lo hacia más o menos, pero hacia bien otra cosa.
Pero para que todo funcionara, debía existir el rey, quien debía mediar entre todos y satisfacer a cada uno de aquellos que vivian en la tierra, para que todos trabajaran por una comunión feliz. Hubo un día en que el rey murió, y tuvo que quedar su hijo a cargo, pero él tenía un defecto, no sabía complacerlos a todos y asumía su cargo de malas ganas porque él no quería estar ahí. La edad de oro se acabó de un momento a otro y loa Hombres comenzaron a odiarse los unos a los otros, no se soportaban, hacían cosas para que el que estuviese a su lado sufriera, y no se prestaban ayuda entre ellos.
La edad de oro terminó y cayeron en la edad de piedra, porque todos eran como unas piedras, que no se escuchaban y velaban por sobrevivir solos. El mundo se partió en dos, unos hombres apoyaban al nuevo rey porque decían que era la mejor manera de gobernar porque así no tenían para qué trabajar los unos por los otros, y los contrarios querían sacar al rey para que todo pudiese ser como antes. Los partidiarios del rey se llamaban "los piedra terrenales", los otros "los piedra soñadores".
Hubo un día en que los "piedra soñadores se rebelaron y quisieron sacar al rey, ahi comenzó la guerra y muchos murieron, incluso los niños que alguna vez se habían concebido con amor en la edad de oro. Todos murieron, tanto los soñadores como los terrenales.
Cuando el mundo quedó vacío vino una edad que ya conocemos más de cerca, la "era del hielo"