Lucila I Es el lugar, está el esquinero, la casa el naranjo amargo la barranca hacia el rio, la vereda torcida y el recuerdo adentro. A la vuelta a mitad de cuadra la casona vieja pero como yo, erguida En su puerta el timbrón con telaraña se percibe la vida. Las muchachas no están una anciana pasea el patio sólo sus ojos me parecen que miran los míos. El naranjo amargo en pie todavía ligero, torcido y una paloma no levanta vuelo parece mentira.
Texto agregado el 06-12-2005, y leído por 222 visitantes. (4 votos)