Siento que estoy aquí y no me encuentro, que vivo sin aliento aún cuando abunda el aire, una sensación nueva que me quema por dentro pero no me hiere, que me duele en lo más profundo pero no me lastima, que hace sentir en mis mejillas lágrimas que no me mojan, que provoca en mi interior heridas muy profundas que no sangran, que me mantiene despierto mientras pierdo los sentidos.
Siento que mis ojos perdieron el brillo... tienen la mirada perdida, decidieron no cerrarse por no querer arrancar de sus retinas la imagen de tus ojos mientras reposaban en los míos, la imagen de tu cabello al viento, el brillo de tu sonrisa que opaca al mismo sol en las tardes de verano, la luz de tu mirada emulando a la luna en una tibia noche, la dulce conjunción de tu rostro travieso sobre el suave terciopelo de tu piel canela.
Siento que mis manos se resisten a obedecer el mas mínimo intento de movimiento... porque solo quieren volver a sentir la textura de tus manos en una tierna caricia, la suavidad de tu espalda en un cálido y prolongado abrazo, la sensación de tu frondoso cabello durante una caricia espontánea, la tersura de tu rostro mientras retiro aquellas hebras traviesas de tu cabello que ocultan al mundo la armonía de tu rostro.
Siento que mis oídos se niegan a escuchar... y solo dejan paso al silencio como consuelo ante la privación de la melodía de tu voz, del recuerdo de tu sonrisa lozana mientras jugabas con mi cabello, de tus dulces susurros en nuestras largas conversaciones, de tus palabras de amor entre beso y beso, de tus palabras al despedirte por las noches.
Apenas si vivo a suspiros... porque mis pulmones solo desean respirar la brisa de tu aliento, porque solo desean respirar la fragancia de tu cabello como solía hacerlo mientras te decía “mi amor” al oído, mientras murmuraba tu nombre cuando sentía tu respiración agitada, porque se acostumbraron a tu aroma el cual aún conservan como un eco inextinguible.
Ya olvidé el gusto de los alimentos... porque mis labios se han privado de gusto alguno, se privan de probar alimento alguno, o de sentir la frescura del líquido elemento cuando la sed apremia, porque se han reservado solo para ti, porque solo desean sentir el sabor y la esencia de tus encarnados y sumisos labios en un apasionado, profundo e infinito beso.
Siento que mi mente... aunque no sé realmente si sigue siendo mía, se encuentra sumergida en la laguna del desvarío, que solo vive de imágenes tuyas, recuerdos vivos de nuestros encuentros y salidas, de tu risa alborozada en nuestros juegos, de nuestros paseos por la tarde en nuestros fines de semana, de tus abrazos y caricias mientras veíamos la tarde pasar, de la ausencia de palabras en una mutua y perpetua mirada.
En mi pecho solo queda un profunda hondonada... un vacío abismal sin contenido alguno, los latidos ya no existen y la sangre hace mucho que dejó de correr por mis venas, porque el motor que la impulsaba dejó de hacer sentir su presencia... sin embargo, aún cuando pudieran dar por perdida la esperanza de encontrar un corazón debilitado porque perdió el destello de la vida, les puedo afirmar sin temor a equivocarme que éste aún sigue vivo, latiendo mas fuerte y vigoroso que nunca, con ganas de seguir haciéndolo por mucho más tiempo, porque su estímulo es grande, pero no dentro de mi... sino en ella, mi complemento, porque desde que me enamoré de ella mi corazón dejó de pertenecerme y se volvió completamente suyo.
Por favor, que no me lo devuelva porque lo necesito en ella... porque estoy seguro que de otra manera no podría vivir. |