Solo para Mara. Temo, en algún caso, como ella no sabe leer, no sepa que le digo. Pero, igual, dejo la duda de lado. Plan para ella, solo para ella. Sino, la rosa roja que crié, sale tras la reja en vano. Vive, casi late bajo el rojo sol de mayo. Esa flor lila guía su paso, puro azar. Una lata vacía fue su cuna, hace rato. Todo un lujo, otro gajo tuvo que brotar en una caja de puré de papa rota que un niño tiró fuera de la sala. Cayó tras el muro, en la casa de al lado.
Mi rosa, solo para ella, para Mara, crece, poco a poco. La luna la baña cada noche. Casi no bebe, solo una gota de agua pura cada hora. La miro, mudo ante ella, ante mi rosa. Y, Mara, claro.
Poco pasa para la otra rosa, la de al lado, vive en esa caja rota. Pepe, el niño de la casa, casi le pone un cubo de loza encima. Hubiera sido una pena. Yo sigo solo, pero miro cada hora como está mi rosa. Y velo para que beba su gota.
Creí que eran una sola cosa, mi amor, mi Mara, y mi rosa. Creí, digo bien, y, erré. Ayer di a Mara la rosa que crié para ella, para mi Mara. Ella miró la rosa, y me miró, pero, creo no pudo leer mi amor.
Mi amor, mi rosa roja, para ella, para Mara.
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