Este es un ensayo para que lo lean en voz alta las féminas de allende la cordillera:


Bello Caballo Gallo:

Yo me llevo el llavero que le presté ayer a Yolanda, la melliza de Yulissa. No sé si lloverá en Llo Lleo pero llevo paraguas para allá. Llámame si puedes o sino dile a Gallegos que te ayude a amasar las hallullas que tanto le gustan a la tía Yoya. No te quedes callado delante de ella, ya que sino te va a apabullar con tanta paya la vieja canalla (dicen que es seca para la botella) y entretanto se va a enfriar el pollo y el repollo que se comen con callampas durante el desarrollo de todo este embrollo. Sueño con la playa, que es tan bella pero hay que tener agallas para zambullirse en esas aguas tan heladas. Prefiero contemplarlo todo desde mi claraboya, acomodada en mi silla y así mi piel no sufre mella bajo ese sol llameante. Espero que la Yoya no te humille y por cualquier cosa me llamas que yo soy de aquellas que no se quedan calladas.

Tu prima Yamira Caballero



Espero una lluvia de estrellas o sino me largo a llorar...