CUENTO: POMPEYO Y LAS PLEYADES
AUTOR: SATURNINO RAMOS VAZQUEZ
En un lugar como muchos que en el mundo existen, una casa de palma, cercada de otates y enjarrada con lodo y zacate seco, estaba enclavada a orillas de un poblado ejidal.
La miseria se respiraba día a día, el alimento escaseaba y el agua cruda del río se bebía.
El futuro incierto se vislumbraba ante la sonrisa de un sol radiante que al mundo iluminaba, las sombras de la noche la miseria manifestaban; ya que de cena, sólo la tortilla y el chile verde, a veces acto de presencia y sorpresivamente aparecían.
Las tortillas, que casi siempre escaseaban, con sabor a cal, del comal brincaban, durando nada en el cesto en el cual eran depositadas y siendo tantos en la familia, éstas nunca alcanzaban.
Las caras enjutas de los presentes, en sillas destartaladas, las tripas chillando por el anuncio de una suculenta cena, sólo en la ilusión, esperada. Algunas veces los frijoles rebosantes, gordos e inflados, con una burla reflejada, esperaban ansiosos al primer glotón que se los tragara, por que no todos alcanzaban.
Zapatos no había para cubrir los pies de las espinas, sin embargo las veredas fueron recorridas, en la búsqueda del palmito y los nopales, para intentar, el menú, al menos cambiar, una vez a la semana.
Y así, sin calzado y con hambrunas acumuladas, quién sabe desde cuando, Pompeyo, niño inteligente integrante de esta familia de ocho, se enfilaba hacia la escuela, donde el semblante alegre de los maestros lo esperaban y hacían que los tristes recuerdos en la pobre casa se quedaran y Pompeyo en el tránsito del conocimiento se encarrilaba y por momentos olvidaba su vida desolada, que por herencia no deseada, al momento de nacer le fue otorgada, sin más protesta que un llanto a gritos, una nueva vida anunciaba.
La hora de dormir se presentaba, y como en una cárcel, hacinados varones hermanos descansaban, en una cama de varas, el cuarto sin ventanas, anunciando una libertad por el hambre congelada . El sueño en vigilia se transformaba, porque éste se esfumaba. Y por fin, ya de madrugada, el sueño se manifestaba, convirtiéndose aquella velada en un hermoso viaje a las pléyades, donde el cielo y las estrellas, de los Dioses es la morada.
Hermoso recorrido, sí, muy bello en verdad y aun en sueños haberlo transitado, gran placer a Pompeyo le ha causado, contarlo hoy le es requerido porque los recuerdos así se lo han exigido.
Pompeyo cuenta parte de su historia que en sueños en su viaje por las pléyades ha tenido, la cual refleja sus aprendizajes y el anhelo que todo mortal, cuando se es niño, con grandes sueños acumulados, de muchas vigilias de noches negras jamás deseadas.
Esta es la conversación que en sueños, Pompeyo se ha atrevido a tener con Dios, allá en lo alto, en las pléyades, donde él mora:
Pompeyo: de los cielos descendiste, _le dice Dios_, estando en mis brazos, aprendiste a mirar las estrellas, los mundos y sus azules cielos , así como la brisa de sus mares y el verde de sus montañas, que con mis manos formé, al extenderlas, construí un mundo, un mundo para ti y para otros como tú.
_Arquitecto perfecto, con mis manos la tierra hice, sus ríos, lagos, collados, llanuras con su exuberante vegetación y hermosas flores. He creado animales de brillante y grande aspecto y aves exóticas, bellas todas.
_Mi excelsa mano tomó del polvo de la tierra y formé al hombre a mi imagen, que atributos míos heredaron, no por gracia propia del hombre creado, sino por mi amor sublime manifestado.
_De los huesos del hombre formé lo más preciado y maravillosa de mis creaciones, la mujer, bella y sublime he creado.
_El Edén por morada les di, por poco tiempo, les indiqué ya que para ellos la tierra constituí y aquí los envié. Varón y hembra, tomados de la mano recibieron el mandato de multiplicarse, henchir la tierra y mediante sabias e inspiradas leyes gobernarse.
_Hombre y mujer han transitado en la peregrinación de la búsqueda de la felicidad, como bien supremo y el máximo de la existencia humana, desde los cielos por mí ha sido anunciado
_De los Dioses vengo, afirma Pompeyo, después de este monólogo, _,¿y entonces de ti oh Dios, he descendido?
Pompeyo_Hoy en la tierra he nacido y mi memoria de antaño se ha borrado, recuerdos muy difusos han quedado de aquel viaje por los cielos realizado. Vagas son las imágenes de cuando a tu lado estuve y sin embargo; mi amor por ti he cultivado.Tu mano invisible me ha guiado y una gran fe en mí se ha sembrado. Hoy bellos recuerdos en mi memoria de este sueño se han agolpado.
_ Pompeyo _Este es el camino que conmigo has recorrido y lo que contarás al mundo, es de lo que de mí, aquí has aprendido. La historia que contarás, es la experiencia que en el cielo conmigo has tenido y lo que contigo en sueños, parece haber sucedido, la vida por siempre en la tierra te habrá cambiado, a ti y al género humano que de mí ha descendido:
_Conmigo moraron todas las criaturas hechura de mis manos. Al hombre y mujer la inteligencia mayor otorgué, porque de mi linaje han descendido y esto en el olvido ha quedado; sin embargo, al nacer destellos celestiales en sus ojos se verán reflejados y en sus tiernas sonrisas, la inocencia y el amor de cielo, reflejados.
_El poder de procreación de mí a ellos será un don otorgado y por muchos, desperdiciado. El potencial para parecerse a mí, a cada uno de mis bellos hijos e hijas, será dado, a la tierra con un sabio propósito han sido enviados, pues para ellos, mis creaciones he preparado.
_Escollos y espinas habrá en los senderos transitados, sin embargo,esto así ha sido, desde los cielos preparado. Ardua será la diaria jornada; pero ésta podrá ser dulce, si fielmente en mí, la confianza es depositada. Recuerda que al nacer de mí y de tus hermanos no recordarás ya nada y sólo la fe removerá de tus recuerdos, tu morada.
_La mediocridad nunca debe ser un estilo de una vida disipada. Cada amanecer evoca mi nombre e invítame a ser de tu vida, siempre una esperanza renovada. A triunfar has sido enviado a la tierra, para que luego el cielo sea por siempre tu morada y conmigo tu felicidad sea consumada.
_Tu vida puede ser triste y desolada, si de estos consejos de mí no aprendes nada y por siempre tus lamentos, en tus recuerdos quedará marcado, lo que por desdén has despreciado.
Vanidades encontrarás muchas en el camino, si estás alerta a mis consejos, ninguna mella causarán en tu camino.
_Hasta pronto mi amado Pompeyo, esta noche alerta has estado, en dulce sueño contigo he conversado. Lo que hoy he hablado, en tus recuerdos quedará señalado,un cuento escribirás y al mundo será contado.
Pompeyo despertó, a Dios las gracias concedió, ya que el sueño inmediatamente recordó, lápiz y pluma tomó, y la experiencia vivida en este cuento plasmó.
Los años han pasado, Pompeyo, la historia siempre recordó, ya que la vida realmente le cambió en todas las cosas, la historia que de niño en su realidad vivió, nunca más se repitió. Recordando sus dulces sueños que de niño en las pléyades recibió, la instrucción de los Dioses, la estancia en la tierra por siempre lo transformó de aquella miseria que de sus padres heredó.
Pompeyo, todas las oportunidades aprovechó. Con el tiempo una familia formó, y siempre esta bella historia contó.
El tiempo ha pasado, la misma historia se repite llena de matices celestiales, siendo contada a los nietos que sus vástagos le han heredado.
Los nietos vivaces y con destellos celestiales, atentos escuchan la historia que del abuelo cada noche han escuchado. Agradeciendo al cielo, que su amado abuelo Pompeyo, por las pléyades en dulces sueños, haya dulcemente en sueños viajado, y una bella historia perenne, a los descendientes ha dejado, como un hermoso legado, de que la vida tiene un propósito sagrado, por los Dioses de antaño, desde las pléyades, anunciado.
La noche lentamente cae sobre la casa bellamente cuidada, de amplios jardines, que dan un toque de paz a los habitantes de esta morada.
Pompeyo descansa con un sueño tranquilo y reposado, evocando al cielo sus bondades, a él en dulces sueños revelados.
FIN
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