Hace días la idea de la muerte me ronda me susurra al oído
me da fuerzas y motivos
Trato de ignorarla, pero es imponente y sabe que en el fondo la deseo conmigo pero le pone un precio alto a mi deseo va en contra de mis principios
Ella promete tomarme de la mano pero yo debo lanzarme al vacío sin titubear
La muerte vieja y desgarbada, dice quererme como hija
Quiere darme a la oscuridad, donde las penas no se ven y los no vivos le cantan a su madre la muerte.
Aquí no hay amaneceres inciertos aquí no hay luz pero tampoco sombras
Aquí la felicidad no existe por que aquí no hay promesas, no mentiras, no desilusiones futuras
El tiempo y el espacio se pierden
Aquí al entrar de deja de ser humano
Se deja de ser inferior aquí solo hay almas
Llenas de luz interior
Pero esta luz no brilla, ni engaña
No es luz mundana que ves y te ciega
¡No!
Es una luz acogedora, una luz profunda que solo se siente
Aquí los ojos, la carne, la piel estorba
Aquí somos solo sensaciones cálidas
Todo lo malo se quedo atrapado en la tierra
En el cuerpo en la mente confundida y alborotada por la vida sin sentido
Aquí hay paz
Es la liberación del infortunado del vivo
Aquí se reposa, se curan heridas se renuevan almas
Aquí sé termina el juego
¿Aun quieres jugar?
Miro al cielo y digo en voz baja y sumisa
Desilusionada por la verdad
Ahora entiendo por que nos engañamos...
Todo es un absurdo juego.
Abrázame muerte
Madre mía.