La pastilla para la diabetes es a las 8 y a las 17, la de la visión es a la tarde, con la merienda, la de la presión es con la cena… Todo esto se lo tengo que decir a la nueva enfermera de mama del geriátrico,… En estos pensamientos estaba Matilde mientras viajaba en el subte, sentada, cansada, resignada a la vida que le había tocado, ya grande y soltera, con una mama a cargo y una empresa en la que había trabajado desde siempre y a la que le faltaba poco por dejar, para retirarse a una vida mas tranquila.
Una señora muy bien vestida estaba parada frente a ella, llevaba varios libros, no pudo ver bien sobre que, lo que si podía distinguirse eran unos boletines, como panfletos, que hablaban de postulaciones o cargos políticos. Bajo la mirada, volvió a repasar todo lo que iba a decirle a la enfermera.
El tren freno, la señora en un movimiento bruto e inesperado pisa a Matilde. Matilde la mira. Silencio. Sigue pensando en otra cosa. El pie le latía.
La señora, sin preámbulos ni previsiones, escupe sarcásticamente: por que me mira así?, sí, la pise, pero porque un hombre me empujo. Los hombres, que lo único que quieren es mas protagonismo, que buscan denigrar a la mujer, rebajarla…como si fueran poco todos estos siglos de injusticia…. Matilde, mira a su casual compañera de banco desconcertada,… No la mire!!! Grita la señora, no busque cómplices, la vida hay que enfrentarla sola,….bla, bla, bla…
Matilde hizo clic, ya no tenia tiempo de.. escucharla? se levanto y se bajo en la estación, donde tenia que bajarse. Estuvo cerca de pasarse debido a esta inesperada escena…. No se dio cuenta que atrás la seguía la señora bien vestida, enojada, ofendida.... Tampoco se dio cuenta, cuando ahí mismo en el anden y delante de todos, esta clavo mortalmente el frío cuchillo en su espalda, solo pensaba en las pastillas de su mamá y en la enfermera que la cuidaba.
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