Justo al despertarme me doy cuenta de que todo es diferente,
las paredes, mis paredes tienen otro color, ya no son aquel azul de oferta, es un cielo nuevo y brillante y aquella angosta ventana es ahora la invitación más sencilla para que el viento me visite.
De aquel desastre en el sofá ya no es otra cosa que unas imponentes montañas y de aquel espejo un fresco manantial.
La mesita donde celosamente guardo recuerdos, maquillaje y alguna que otra fragancia, de repente es un paisaje lleno de flores de exquisitos aromas, tan lleno de vida que se me eriza la piel.

Y en mi cautivada impresión te descubro aun a mi lado, aun dormido, exhausto de tanto amor y esa vista es más de lo que pudiera imaginar, Dios más que bello al verte despertar con una sonrisa casi invisible.

Como es posible perderse en un espacio de menos de 3 x 4, como es posible rendirse y caer extasiada solo por un beso.
Como si no he encontrado el camino a mi propio cuarto, y no confieso estar perdida porque sé a donde voy.
Voy a tus brazos, aun a ciegas te encontraría o aún mal herida llegaría.
Porque no hay lugar en este planeta más hermoso que aquel el que me regalaste más de una vez.

Esta mañana al despertar todo era más que diferente, era mejor. . .
Vuelve cariño, redecora mi cuarto pero esta vez quédate.