generalmente te paseas desnuda entre el teléfono
y tu ropa ordenada sobre aquel sillín.
yo miro todo esto acostado.
porque estoy cansado después de tirar.
aún más, si debo cruzar en lancha
negando a la alta marea y su
díscolo, cruel no-se-que.
en el puerto sueles esperarme con tu canasta.
contiene vino, pan amasado y machas.
esperas que amarre las aspas
y me conduces del brazo.
directo. hacia la única casa que tiene teléfono
en esta isla.
creo que al ser la única con este servicio,
es más desolada aún.
una llamada no se asemeja a
tumbar el vino sobre tus tetas
ni siquiera a tener orgasmos con las ventanas abiertas.
y nuevamente quedas más sola.
soltar el ancla.
botar los condones.
no tengo más lazo contigo,
que un ni tan grande océano.
Texto agregado el 02-12-2005, y leído por 160
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Lectores Opinan
07-12-2005
Al pan... pan, al vino... vino, tetas y nalgas así se llaman... y dependiendo con que las acompañas son la metamorfosis en potencia para nuestros sentidos... gran verso el del vino lanzado a gritos por la ventana... victorvac
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