Hoy encontré un atardecer q solo se deja ver por mis ojos.
Aun aquí puedo recordarla como aquellas pinturas que reflejan poemas sin palabras.

Oí como el viento susurraba cantos de libertad en mi oído;
Vi volar hojas rosáceas que batallaban contra el viento, escoltadas por dientes de león que eran victimas de mis pasos;
Oí ronronear las rocas del rió con sus corrientes cristalinas, las oí reñir por la incomodidad y el estreñimiento entre ellas;
Pude relajarme con la recitación que ofrecía las nubes a las montañas, y las vi correr tras el sol que en ese momento competía con la luna, ya casi ciega y opaca por los rayos de su adversario.
Como olvidar el ultimo bostezo del sol, que le daba un hasta mañana a, ya su colega, la luna, la cual ésta abría sus persianas fabricadas de nube, para regalarme una noche rellena de estrellas, estrellas que me hacían referencia con sus propias serenatas.
Sentí al frió abrazarme, lo oí respirar, lo vi jugar con mis cabellos y temblar hasta congelar pero no escuché sus palabras calidas y alentadora;
Me vi obligada a soñar, soñar bajo una oscuridad que no se deja valorar, quizás no soy apta para enaltecer lo que me oculta la noche, pero es mi naturaleza que me habla sin palabras...