Siempre busque al ángel, con la ilusión de encontrarlo para mi, pero con el avance del tiempo que crudamente cual tirano mata sin compasión, me demuestra, crudamente, que el ángel no esta solo, tiene muchas personas, yo quien iba a ser el único en consolar a mi ángel, el único en escucharlo, el único en curar sus heridas, yo, ni siquiera he logrado alcanzarlo, pero sé que en ese momento, sé que no estará solo, y sé que no será solo mío, sé que tiene personas a las que aprecia mucho, y sé que dentro de esas personas estoy, si, lo sé, pero eso no me vasta… me llamaran avaro, codicioso, celoso, incluso caprichoso… pero les aclaro, que tan solo es mi forma de demostrar el amor a ese ángel, el cuidado que le quiero otorgar, a ese ángel al que quiero proteger de cualquier cosa, a ese ángel al que no permitiré que nadie le haga daño…

También les diré, no permitiré que nadie toque siquiera una pluma de sus cálidas alas, ya que esas plumas las protejo yo, y yo decidiré quien podrá tocarlas, yo me encargaré que nadie mire sus profundos ojos, que nadie se atreva a hacer que caiga una gota de las más puras lagrimas por su bello rostro, sé que pueden buscar otros ángeles, sé que los encontrarán, y sé que serán felices juntos a ellos, pero yo no, yo solo tengo este ángel, solo tengo este ángel al cual seguiré, solo tengo a este ángel al cual no tengo…

Pero, todo esto no sirve, por más que quiera ser el restrictor, por más que quiera ser el que decida lo que necesita el ángel, tan solo puedo ser su triste seguidor, el cual, solo será eso, ya que nuestra canción, la del ángel y mía, por más hermosa canción, por más sublime melodía, por más divina que esta sea, no deja de ser una triste canción…