"Maldito sol abrazador!", dije.

Meses de verano, transpiración de humedos pegoteos de piel necesitada de roce, olores de todo tipo flotando en el aire que a veces anestecian los sentidos... sobre todo el sentido común.

Miro fijamente mi reloj, "Ya son las 5" la peor hora del día justo hoy, otro día sería una hora cualquiera, pero el bochorno, la sensación de encierro en espacios abiertos y de ahogo entre cuatro paredes... es un día detestable.

El lobo encerrado se pasea de un lado a otro impaciente sin saber qué hacer, la ansiedad consume su sentido del tiempo. Un segundo, dos segundos... no termina nunca la espera por la presa deseada. Se queda quieto un momento, se sienta a sus anchas con aire tensamente aburrido, desea correr, pero no logra concebir un lugar al que le gustaría ir, no quiere estar en ningún lado, solo echarse y esperar a que pase su hambre por ahora.

Miro a un lado y veo algo interesante. No, no lo es, pero dentro de todo es mejor que nada. Me acerco.

"Hola"
- ...- una mirada extrañada, cálida recepción, la frialdad no es el mejor remedio para un día como éste - Hola.

El lobo analiza su presa, está tras las rejas de su encierro, pero no le interesa, observa, atento, cada movimiento, cada detalle, buscando un hueco en su guardia de animal asustado.

"¿De Viña? ¿Vienes de viaje?"
- Sí, vine a ver a unos amigos- algo más relajada se acomoda.

Mientras la miro, observo sus maneras, su postura, escucho su voz y pienso el siguiente paso. Puede que resulte.

"Y hasta cuando te vas a quedar?"
- Hasta la próxima semana.
"Entonces supongo que como es viernes saldrás a algún lugar".
- No, mis amigos hoy tenían algo que hacer.

El animal hambriento al fin ve el ahujero en su jaula que había esperado, sale silenciosamente, no le importa cazar en manada, es una oportunidad ideal, el momento para comenzar la persecución.

"Entonces ¿Quieres salir? Como no eres de por aquí, podemos ir a algún lugar y justo hoy salgo con unos amigos."
- ¿Donde?

Pregunta estúpida ¿Realmente importa?

"No sé, salimos a cualquier parte, depende cómo esté el ambiente"
- Bueno.

Las fauces del animal se llenan de saliba, goteando por ambos lados, no puede esperar a adueñarse del animal inocente que caerá entre sus colmillos.

Ya es de noche, damos vueltas por la ciudad, buscando un buen lugar. Lo pasamos bien en varios bares hasta que al fin pasamos a la parte que espero. Me volteo y me doy cuenta que estoy siendo adelantado por otro.

La caza ha comezado, la bestia hambrienta no puede más que regocijarse ante la carrera tras la presa, pero se da cuenta que uno de su manada se acerca peligrosamente...

"Y cómo lo haz pasado?"
- Bien- contesta por ella el traidor.

Se acerca más. Salta y la atrapa.

"Uff, parece que estoy interrumpiendo."
- ...- No hay respuesta.

Con el orgullo herido, vuelve algo aturdido a su jaula a esperar que llegue el siguiente día. Nueva presa, nueva caza.

Supongo que siempre será así... el que pestañea pierde.