La tierra está alegre:
hoy ha vuelto a llover.

Las gotas de agua se escuchan
martillando los tejados de zinc
y la tierra saborea, gota a gota,
las aguas que caen a raudal.

¡Qué alegría que haya vuelto a llover!

Mi alma se hincha de placer
y mi mente construye fuentes y ríos
que bañan la marchita naturaleza.

Veo cómo los pajarillos chapotean
en los charcos y cómo los árboles
se doblegan agradecidos por la lluvia.

Gracias damos todos al cielo
por regalarnos su rocio; pero,
qué, si no es simple agua
en las nubes retenida;
qué, si fueran lágrimas
de tristeza contenida,
¿nos alegraríamos por igual?

El cielo está triste:
hoy ha vuelto a llover.


Chía-Cundinamarca-Colombia, agosto 8 de 1992