Pensar en ti,
se a convertido en mi vocación,
es como si fueras necesario,
a veces para reír,
a veces para llorar.
Pensar en ti,
es buscar un poco de inspiración,
en mi pasado y buscar tus ojos
pensar en tus ojos,
mejor en tu mirada,
que quisiera fuera para mi.
Pensar en ti,
me da miedo,
no por lo que eres,
si no por lo que yo soy,
cuando estas cerca,
cuando mi corazón salta,
por que llegaste.
Pensar en ti,
se a convertido en un ejercicio diario,
que si fueran matemáticas,
estaría resuelto,
como una ecuación
o una simple suma 2+2.
Pensar en ti,
no es desearte,
es dejarte entrar a lo que nadie sabe,
es compartir mis lagrimas,
mis secretos y lo que solo tu vez.
Pensar en ti,
es darte mi corazón en pedacitos
y por increíble que parezca,
me conformo con lo que tu corazón,
le da a mis ojos,
a mi voz,
a mis letras.
Pensar en ti,
no es querer tocarte,
besarte o meterte en mi cama,
es dejar que seas tu
y dejar de ser la actriz,
para convertirme en lo que vez.
Pensar en ti,
es dejar que me brillen los ojos
y ruborizarme,
por las cosas que piensa,
sabes e intuyes de mi.
Pensar en ti,
es dejar de usar puntos y comas.
Pensar en ti,
no es pensar en tu cuerpo,
ni en tu cara,
es pensar en quien eres,
cuando me das tus segundos,
tus tristezas y yo te doy lo único que tengo.
Pensar en ti,
no es una estructura,
no es la perfección,
es lo mejor de ti,
enfrascado en tus defectos,
que me dejan quererte,
como humano y jamás hacerte Dios,
por que el día que no te pueda alcanzar,
te dejare pasar y no te volveré molestar.
Pensar en ti,
es eso es pensar en ti,
hacerte importante en mi vida.
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