Se fuga el aire de la habitación en un fútil intento de resistencia
a las paredes que empujan las distancias en un abrazo
presionan, pendientes de una rutinaria situación
el instante en que la cordura y los impulsos sufren una escisión
Pende del techo una luz, espada que corta la oscuridad
pasan las horas y su filo desvanece, oxidando los colores
continúa el aire cediendo su espacio a los escozores
que nacen de la desesperación y la soledad
Rumiando segundos que mueren
en el irritado intestino
la acidez que provoca el destino
y las paredes que aún se mueven
Señala el sable una salida
en el centro del cuarto
una botella de cuarzo
y el veneno de la bebida
Quema la garganta
regala esperanzas
mediocres chanzas
con las que se atraganta
No hay diferencias
continúa el encierro
ya no sirve el
ardiente hierro
para cambiar
un yerro
mas temprano
que tarde
la claustrofobia
iba a hacer
alarde
de su
vileza
Texto agregado el 30-11-2005, y leído por 120
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
30-11-2005
Escribe bello, con profundas palabras. Mis 5 estrellas. Saludos. _-Lidwine_Adelaide-_
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