Enaltecida en tu silencio,
tu beldad se rebosa en tus bellos ojos
y tu ciencia es resguardada por el yelmo acorazante.
De tu origen sin nacimiento e infancia
me haces un niño;
ocultas tu falsa existencia en mi esperanza
como el canto apremiado de Orfeo
desesperanzado en Eurídice;
te corporizas en mis diáfanas lágrimas
sin mermar tus caricias en mi rostro
para bañar mis labios de tu sabor a ambrosía;
luchas en retener mis sueños con tu yelmo, lanza y escudo,
abrazándolo para no perderme en el nebuloso pernoctar;
te crearon y te disiparon como el desvariado éter.
Deidad de la cordura, "enloqueces la mía"
fantaseando con las indescifrables palabras
que exageran tu hermosura.
Luchan mis amores y mis afectos con tu intrusa presencia
en las ocultas dimensiones del limitado corazón;
me enorgullezco en la estúpida idea de convertirme en palabra
y así unirme a tí dentro de un libro.
Te busco en ésta desencantada lágrima que cae en esta hoja
reventando en impotencia,
preguntándole a mis gritos..
"¿por que ésta vida no quiso ser mitología?"
Kaluzza
Texto agregado el 29-11-2005, y leído por 305
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Lectores Opinan
29-11-2005
Escribes muy bien, es lo unico que puedo decir ... karlina
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