Deleite de muchos, placer de pocos… así es la vida. El viento se posa en mi oído y dibuja solo para mí la inmensidad danza canta aúlla y llora tonos altos y bajos de su complejidad. Como un golpe suave como una imperceptible sacudida El viento se posa en mi oído y da pinceladas de su diversidad ríe escribe corre salta y se estremece a luz baja o alta sin miedo a la eternidad. Como un aroma débil como una paulatina sensación. El viento se posa en mi oído silencioso arriesgado seductor intimo detonando mi pasión Mi vida es un placer y en ella me deleito sobre todo cuando te adivino en un susurro del viento.
Texto agregado el 29-11-2005, y leído por 415 visitantes. (40 votos)