Y finalmente te vi… estuve contigo…
No pude evitar recordar mi sueño cuando tus ojos se encontraron con los míos.
Eres tan diferente a como te imaginaba… creo que eres más de lo que alguna vez imaginé… o más bien soñé.
Quizás esperaba más contacto… en el fondo quise que fuera como lo soñé. Pero sé que no puedo pedir mucho, era la primera vez que nos veíamos frente a frente.
Fue extraño tratar de hilar una conversación coherente, fue difícil llevar el ritmo de la conversación… fue complicado romper el hielo de las palabras escritas en una pantalla.
Cuando te fuiste, fue más extraño aún… primero sentí un rechazo, como que nada de lo que había sucedido era bueno, por un momento creí estar desilusionada de lo que había acontecido hace unos momentos atrás.
Después de un rato los buenos instantes empezaron a aflorar, tuve que desahogarme con un amigo para comenzar, a rescatar nuestro encuentro. Pero luego algo desilusionada de mí, me hizo decaer y querer hacer muchas cosas que en el momento no podía… fue entonces cuando las ganas de estar de nuevo contigo me hicieron sentir mal. Fue ahí cuando el pánico entró… y sin pensar, dije (sí, pronuncié aquellas palabras) que eras él del sueño… me arrepiento de haberlo dicho… quizás si no lo hubiera hecho lo que siento ahora no existiría…
Cuando volví a casa, comencé a contar la experiencia de nuestro encuentro a alguien que me conoce demasiado, y fue entonces cuando el pánico se apoderó de mí.
No somos diferentes como dije en un principio que éramos… por el contrario, escucharte hablar… hace que me escuche en otra persona… no sé si me entiendes… dices lo que siempre he sentido, es extraño escucharme en otra persona… es difícil darse cuenta que existe alguien que piense, y se exprese como tú.
Tengo miedo, estoy aterrada… me gustas. Anhelo estar contigo… hablar de nada, pero de todo a la vez. Sentir que no soy la única, sentir que me comprendes.
Es un pánico de dulce sensación…
Ahora siento frío, tal como lo sentí ayer… deseo conocer la calidez de tus manos, de tus brazos… y abrazos. Quiero encontrar la calidez de tus labios. Quiero encontrarte a ti, aunque creo que más bien quiero reencontrarme con tu frialdad; y conocer así poco a poco la calidez.
¿Estoy loca? No lo sé, quizás solo sé que puedo quererte, quizás solo sé que quiero verte nuevamente. Por muy diferentes que nuestras pieles se vean.
No quiero sentir más frío… no quiero apartarme… no quiero perderte, aunque no te tenga… te quiero. |