Inicio / Cuenteros Locales / andres_fritz / Escenas 6.7 y 6.8
ESCENA 6.7.- Monólogo.
- Quería hacerte una pregunta.
- Dime.
- ¿En realidad comen murciélagos los gatos?
- No lo creo.
- ¿Por qué estamos aquí?
- Yo no estoy aquí...
- Claro, se me olvidaba.
- No puedes quedarte en un lugar como este. Crees que es el final pero aún queda mucho por hacer.
- Me siento mal.
- Eso es porque te convertirás lentamente en nada si no piensas en algo. Eres lo que piensas.
- ¿Y en qué tengo que pensar?
- ¿No recuerdas por qué estás aquí en primer lugar?
- Vine... a pintar.
- ¡A pintar! Viste que puedes recordar. Eso es algo.
- Árboles... ríos y montañas. Playas, tal vez. Hace años que no veo el mar.
- El mar aquí cubre todo. Eso es, si tú quieres.
- El mar. Y correr sobre él todas las tardes.
- Pero a veces es mejor la tierra firme. Tú sabes, es mucho más...
- ¿Firme?
- Exacto. La fascinación no tiene lugar sin un referente.
- No puedo concentrarme. Ni siquiera puedo Imaginar suelo, algo donde apoyar los pies. Creo que ya ni siquiera tengo pies ni cuerpo. Me siento como voz en el vacío. Un recuerdo de mi propia voz.
- Me imaginas, eso ya es algo.
- Te imagino, eso ya es algo.
ESCENA 6.8.- Todos los cuentos.
· ¿Cuándo empezó todo esto? ¿Cuándo empezaron a rodar los engranajes y a chirriar los oxidados metales?
· Me acuerdo una vez que me diste la mano y corrimos por la playa. Estabamos solos y las gotas saladas parecían pequeños trozos de cristal, como si el cielo fuera un ventanal hecho pedazos.
· Era una mañana muy nueva, tal vez el primer amanecer desde hace mucho tiempo. Cada vez que recuerdo ese amanecer me doy cuenta que el sol debe dar frío para que sea sol.
· ¿Te acuerdas cuando llovió y nosotros salimos a jugar sin paraguas? A jugar sin paraguas y las hojas de los árboles...
· ... un día me contaste que estabas en una biblioteca y tenías que correr a devolver muchos libros blancos. Me acuerdo que dijiste que sentías los dientes sueltos...
· ... Y tú siempre me decías lo mismo cada vez que escuchábamos esa canción. Creías que lo olvidaba... creías que te olvidaba... yo tenía el mismo miedo...
· ... saltando y gritando por todo el lugar. Todos nos reímos con ellos.
· ... y cada vez que miro mi cicatriz me acuerdo que a veces lo peligroso no es jugar con fuego...
· ... esperamos como cinco horas. Al final tenía muchas ganas de comer y dormir...
· ... y las risas...
· ... y todo estaba lleno de humo. Me enseñaste que el vino y los besos son el mejor remedio contra el pensamiento...
· ... me había levantado muy temprano. Estaba nervioso y todos dormían. Era una mañana preciosa...
· ... me despedí de él con un abrazo y un beso. Nunca más lo volví a ver. Tal vez todavía esté caminando por ahí...
· ... y no podía respirar bien...
· ... y...
· ... me contó que estuvo acostada en el pasto todo el día. Nunca la pude imitar...
· ... cuando iba caminando esa noche. Los silbidos se escuchaban a lo lejos. Me djieron que tuviera cuidado...
· ... y los pasos de zebra eran eternos... Yo sólo caminaba...
· ... y era el mismo lugar, pero todo estaba destruido. Malezas cubrían el suelo donde jugaba...
· ... ya no te acuerdas, cierto?
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Texto agregado el 27-11-2005, y leído por 89
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