Existen historias dignas de contar y esta es una de ellas. La vida Francisco Parra, el más buen ladrón de todos los tiempos.
Francisco nació en una familia pobre, muy pobre, rodeado de numerosos hermanos, una madre sacrificada y un padre trabajador y abnegado. Su madre siempre le puso como ejemplo a su padre, trabajador de sol a sol, honrado, entregado a su famila, así que Francisco se dio cuenta de una cosa, si trabajas mucho pasa más hambre que el perro de un ciego. Por ello decidió a la llegada de su adolescencia no ser honrado ni trabajador, optó por ser ladrón. Abandonó la escuela e inició la más delirante carrera delictiva de la historia...

Su primer delito fue un tirón de bolso, se apostó en una esquina y observó a su primera víctima, una chica delgada y nerviosa, se colocó a sus espaldas y de una fuerte arremetida agarró el bolso y salió corriendo, tras cinco segundos de enormes zancadas fue atrapado por la chica delgada, la policía llegó a los pocos instantes, lo detuvieron y obtuvo su primera condena, dos años en un reformatorio para menores, en el juicio se enteró que esa chica delgada y nerviosa era la campeona nacional de los cien metros lisos...

Salió a la calle con dieciocho años dispuesto a seguir con su carrera delictiva, decidió dedicarse al atraco, así que se hizo de una navaja y al primer tipo que se cruzó le puso el arma en el cuello y le robó la cartera, escapó y durante dos días se mostró orgulloso de tan enorme triunfo pero al tercer día la policía entró en su casa y lo volvió a detener. El tipo al que había asaltado no era otro que el mejor retratista de todo el país, dibujó con tal perfección el rostro de Francisco que la policía no tuvo ninguna duda al contrastar el retrato con la base de fotografías, cinco años de reclusión fueron su recompensa...

A los veintitrés años volvió a salir libre y con ánimo de volver a intentarlo pero pensó que sería mejor no tener contacto con la víctima, así que tomo la decisión de robar en viviendas. Estudió una casa, era perfecta, con entrada delantera y trasera, además el dueño era ciego por lo que nunca podría reconocerle. Esa noche entró sigilosamente pero el ciego tenía un oído hiperdesarrollado, Francisco pasó a su lado pensando que no notaría su presencia, justo en ese momento le soltó un bastonazo en la cabeza que lo dejó inconsciente. El juez dijo que Francisco había actuado con nocturnidad, alevosía y poca vergüenza, le cayeron siete años...

Como siempre lo detenían empezaron a conocerlo como "el buen ladrón" pues de bueno que era parecía hasta tonto, pero a él no le importaba. Con treinta años volvió a las andadas, compró un revolver, pensaba que con esa arma nadie se le podría resistir. La misma tarde que salió de la cárcel se dirigió a un centro comercial, sacó su pistola y encañonó a un hombre, "la bolsa o la vida" le dijo, más para asustar que para otra cosa, el tipo levantó una pierna y lo desarmó, luego le dio otra patada en el pecho, un codazo en la cara y otra patada en los testículos, cuando llegó la policía le detuvieron y de paso pidieron un autógrafo a Michel Furté, su víctima, campeón mundial de Full-Contact....

Con tantos antecedentes y el uso de una pistola le cayó una condena de catorce años, en ese tiempo se dedicó a estudiar Derecho, se casó con una enfermera de la cárcel y tuvo dos hijos, fundó un partido político y se convirtió en ejemplo de rehabilitación, salió a los ocho años gracias a su buen comportamiento, se presentó a las elecciones para alcalde y por supuesto las ganó, se había dado por fín cuenta de algo, para ser ladrón no hace falta parecerlo, solo era necesario estar en el lugar adecuado...