Veo gente,
gente sencilla
gente alegre, gente hermosa
de corazones puros.
personas leales que ayudan al caminante,
seres que no se cierran a amarte,
te escuchan, te miran a los ojos
y te sonrien.
al otro lado del cerro
veo animales de traje,
desesperados, apurados.
el tiempo los sigue con un cuchillo,
caminan con la mirada baja,
si te cruzas en su camino te atropellan.
a ellos no les importas,
no te sonrien.
a menos que les regales lo que buscan,
el papel que los mata, el papel que los mueve.
tranquilos...
la mujer es igual de hermosa, el pan es igual de fresco.