Perderé este auto-dominio
perderé la fe en mis máscaras, los nervios empezarán a ceder.
Las sorpresas empezarán a angustiarse,
los últimos alfileres acabaran por perderse en el vacío,
dejare de oír su rutinario sonar.
El silencio empieza a pintarse
y mis amarras se sueltan, ¿tendré que arrodillarme frente a las sirenas?
Los presagios…
La niebla me hará uno con el viento y la luna inexistente,
sólo seré aullido sin escalas, alarido natural.
Mi rostro se caerá a pedazos, y no podré hacer menos que reír.
El virar por calles mirando miradas, pisando pisadas, me hace eterno en esta ciudad.
Cuando el fin de la búsqueda sea polvo sin raíces de árboles antiguos,
mi sombra perderá su prisma …se hará acromática
y aunque viva, perteneceré a la tierra
aunque grite, nadie volteara.
El hilo habrá sido roído por ángeles de alas mutiladas
y la puerta sin cerrojo jamás será encontrada
la sentí abrirse, oí su música
vi la luz, pero el camino a ella no estaba en las líneas de mi mano
El sendero se acaba y el desierto se llena de hormigas muertas,
todas me hablan y todas me miran
suben por mis piernas, hablan sobre el final
¿acaso este es el final?.
Una puerta, unos ojos, una frase, un símbolo, una revolución, algo que encubra lo que subyace en el fondo del ser
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