Qué esencial resulta, volver a abrir los ojos, en el momento en que la lluvia se hace trizas, sin dudar un momento en caer o no al suelo, qué importante es ver que aún mis piernas patean pedazos de olvidos, me monté en un pedestal de espuma y te subí conmigo…
Caímos, y qué hermoso verlo, en cada rincón de mis días,
Ya no me comprometo con tu ausencia y tu idilio
Con el fracaso y tus largos peros
Soy socia de las preguntas, y domadora de las prisas
Todo vuelve a ordenarse, porque nuevamente despierto
Porque al fin hallo el beso de la luna y los reflejos de mi pelo al sol
Recibo nuevamente las armas para reír
Las esperanzas de volver a amar el crepúsculo
Aún creo y me revuelco en la fe
Qué tibieza transmite el aire haciendo formas
Que reconfortante asomar la cabeza ante las heridas
Dejar que me sanen con horas dulces
Qué exquisito sentir esos sabores utópicos
Que creí olvidados en tus poros
Que pensé que te habías llevado con tus asaltos
Vuelven a mí y simplemente abro los brazos
Me encuentro revuelta otra vez en la osadía
Lentamente abro los pétalos crujientes
Dejo caer lo agrio de esta sequía de vida
Vuelvo a sentir mis dedos
alguna vez enterrados en tu imagen
Alguna vez agraciados en su longitud
Y hoy, agradecidos de la amnesia
Repartiendo caricias a las cicatrices albas
No soy más el confetti
No soy más la hambruna
Qué esencial se hace salir de tu nombre
Intacta.