Es ahora la piel, quien se comporta,
distanta, y celosa.
El sudor, se hace ganas.
Mi deseo se hace llamas;
Y te tube, por fin en mis brazos.
Cuando el beso, se hizo sexo.
Te busqué, te llamé,
te sentí, te roze,
te toqué, te amé.
Tu cuerpo, es el lugar perfecto,
para derramar mi inocencia.
Se desvanece mi figura virginal,
me entrego completamente a ti.
Entre espinas y rosas,
somos cuales mariposas.
Se queman nuestras alas,
se encienden nuestras almas.
|