La habitación donde el anciano se encontraba, en se hallaba penumbras. El hombre yacía en la cama, con una máscara adosada a su nariz. La poca luz que en esta se veía era la de los equipos de sustentación de vida.
Un señor muy pulcro, con traje de Armani, pelo corto bien arreglado y corbata haciendo juego con su vestimenta se presenta en Recepción preguntando por la habitación del anciano. Llega a la habitación del mismo, luego de sortear una serie de camilleros y personas en sillas de ruedas. Golpea la puerta y entra.
Se acomoda al lado del anciano en una butaca para los acompañantes y espera.
-¿Quién eres, dice el anciano?
-Quien te va a acompañar.
El cuerpo del anciano inerte se encuentra, e erráticamente el osciloscopio muestra pulsaciones y líneas rectas. Nuevamente pulsaciones y de nuevo el proceso. Un sonido de una campanilla se hace oír.
-Mi familia, tengo cosas que hacer, comenta el anciano.
-Ya. El hombre de unos 42 años, cruza los pies en cruz y fuma un cigarro extraído de su cigarrera de plata.
La línea del osciloscopio se torna recta. Dos enfermeras y el doctor de guardia de apuro se encuentran a su lado. Al hombre cuarentón, y de traje de Armani sentado en la butaca no lo ven.
-Despejen. Preparados
El médico le pone en el pecho los electrodos para activar el corazón. El anciano se sienta a la derecha de la cama y ve desde el techo el trabajo de los doctores.Al principio nada. Luego parece que se forma una cresta en el osciloscopio. Vuelve de nuevo a la cama. Cuando se estabiliza y van a volver a su rutina de siempre, de nuevo un paro cardiopulmonar. Esta vez el osciloscopio muestra una línea recta.
El anciano se sienta y observa al hombre de traje de Armani, fumando tranquilamente un pitillo.
La nurse lo tapa y desconecta el equipo. Apaga la luz y se retira.
-¿Y ese? Pregunta el anciano.
-El hombre del traje de Armani, pulcramente arreglado, deja el pitillo a un lado y le dice:
-Ese eres tu. Su cuerpo se hallaba inerte.
-¿Me vienes a buscar?
-Si.
Ambos pasan la puerta de la habitación. Frente a la puerta, un asiento de varios cuerpos. Una anciana, sentada se hallaba.
-¿Ana? El anciano atina a decir.
-Si
La anciana esposa besa en la mejilla al hombre del traje de Armani.
-¡Gracias!, atina a decir ella.
Ambos se abrazan y se besan. Los miran y una sonrisa parte del anciano a medida que se diluía en una luz blanca.
Cuando todo termino. El hombre del traje de Armani, saca del bolsillo interior una pequeña libreta y tilda.
-Eduardo Nuñez, Habitación 405. Hospital Santa Escilda, Montevideo, Uruguay hora 21 GMT del 23 de junio de 2005.
-Bueno es hora de irme. Trabajo finalizado. El también se esfuma.