No crean, que lo que les cuento yo, un astrólogo de 32 años y con 12 años de experiencia, es una mentira o una locura mía.
Una noche que me encontraba cerca del cerro Uritorco, observando las estrellas y la Luna,ustedes ya saben que uno puede ver el reflejo de la Luna gracias a que el Sol se encuentra detrás, se me presentó una criatura, de color verde y de ojos esféricos de un color como polarizado. Yo pensaba para mis adentros: -No lo puedo creer, es un extraterrestre y esta frente a mí. -
De pronto, mi mente me decía que debía seguirlo, había algo que aquella criatura me quería mostrar, no me pregunten como es que hice para comprender lo que aquella criatura quería, simplemente pienso que tiene algun poder de transmición mental.
Me condujo hasta un pequeño objeto pequeño de color metalizado, todavía no recuerdo bien como fue, pero ingresamos a ese objeto, este objeto por dentro no tenía nada electronico y simplemente tenía algo parecido a dos asientos ( esto era una cosa, que contradecía lo que siempre había pensado el hombre). La criatura o extraterrestre y yo, nos sentamos en ese intento de silla, pronto este objeto se distanció del suelo, era como si flotasemos en el aire, no se sentian vibraciones, ni ruidos algunos, había una sensación de serenidad y libertad inigualable, al hacer esto, este objeto tomo otro color, tomo un color como rosado o fucsía, nos elevamos y cada vez nos alejamos más y más, de aquél lugar que alguna vez fue mi hogar, llamado Tierra.
Pronto vi por una ventanilla que tenía ese objeto u O.V.N.I. (como ustedes prefieran llamarlo) que pasabamos rapidamente al lado de la Luna, nunca vi espectáculo semejante, pero eso lo dejaré para mas adelante. Nos dirigiamos al Sol, si al Sol, al llegar allí, me detuve a observar ese increible y misterioso lugar llamado Sol, era de color naranja y rojizo, despedían llamas de él, su tamaño, según lo que yo sabía de él, era de 28 veces la terrestre, su temperatura promedio era de 5,503.85 ºC y por último según calculos humanos, su antiguedad era de 4.600'000.000 años terrestres.
El estraterrestre, me proporcionó un traje, mentalmente entendí que debía ponermelo.
Me ordenó que saliera por una avertura que se abrió a mi lado, lo unico en lo que pensé, fue en que me quemaría y moriría, ya fuera por la falta de oxígeno o por volar eternamente por el espacio con la misma dirección, ya que estabamos al lado del Sol y flotando en el espacio. Pero sucedió todo lo contrario, salí de el O.V.N.I. y podía caminar sobre la nada, como si hubiera una superficie sólida debajo de mí, tampoco me faltaba el oxígeno, el fuego y calor del Sol tampoco me quemaban, esto era increible, nunca nadie me lo iba a creer, pero yo no sabía si alguna vez regresaría a casa.
De pronto, una criatura gigante salió del centro del Sol, era color fuego llameante por donde lo mirases y inspiraba terror en mis ojos, todo lo que aquella bestía era daba miedo, me agarró y me introdujo en lo más profundo del Sol, mi miedo crecía más y más.
La criatura me miró y me habló. No lo podía creer, no comprendía como es que se podía comunicar conmigo, saqué una conclusión aquella criatura debía ser el mismisimo Diablo o también llamado Lucifer, Satán, Satanás y demás formas, creanme lo era. Él me dijo que la almas malditas, iban a sufrir e iban a ser torturadas por la eternidad, en aquél sitio, mis piernas y brazos temblaban ante el imponente Lucifer, juré nunca volver a cometer pecados y faltar a las misas, si alguna vez regresaba a la tierra, debía buscar la salvación de mi alma. Me explicó que desde que Dios lo desterró, él había creado este lugar para vivir él y sus almas malditas. -Pero este lugar no va a ser siempre un imenso fuego.- me explicó Lucifer. Las teorias de algunos científicos no fueron tan erradas, después de todo.
Lucifer prosigió -He planeado, que dentro de cinco millones de años, el Sol se apague y que las almas malditas sufran después un tenebroso, doloroso y sádico frio (otra vez se cumplía una de las teorias de algunas personas, sobre que el infierno no era de fuego sino un frio eterno, nada más que faltaba mucho tiempo para esto). Así también lograré que el mundo y sus malditos habitantes sufran el terror, de no poseer ya más calor y enegía solar.- Lucifer mirandome fijamente, comenzó a reír - ¡JA, JA , JA , JA! ¡Esas malditas creaciones de Dios, sufrirán como nunca! -
Yo lo observaba atemorizado, mis piernas ya no temblaban, mis nervios había sobrepasado su límite.
También me explicó que un día en el Sol, equivale a 643 horas y 12 minutos de la tierra (pongansé a calcular ya que mi cabeza, no es una calculadora).
A pesar de mis miedos hacia Lucifer, me atreví a preguntarle : - Disculpe mi ignorancia señor, pero ¿Cómo es que ustedes son eternos? Me refiero a usted y a su enemigo, ¿Y por qué las almas sufren sin descanso, en el calor, las brazas y llamas, sin un momento de descanso? .-
Lucifer reflexionó un rato y sonriendo me dijo: - Que insignificantes son las creaciones de Dios (su voz inspiraba, el miedo y el terror), nosotros, los dioses como nos dicen ustedes, vivimos 6 millones de años, pero hemos creado una posión que nos mantiene vivos eternamente. Por otro lado tu pregunta sobre las almas, es muy facil, luego de transcurir el día, aquí nunca aparece la noche, es algo obvio de adivinar, es por eso que las almas sufren doblemente y sin descanso.-
Al fin mi pequeña e ignorante mente lo comprendió todo, ahora si entendía algunas cosas. Ahora no sabía lo que me iba a suceder, la cara de Lucifer se transformó en un terrible torbellino de fuego, de sus ojos salian nubes humeantes, como si estuviera llorando. Pronto, me dijo: -Amigo, tienes suerte, todavía no es tu hora, ya nos encontraremos, espero que no llegués a la salvación.
Me sacó del centro del Sol y me dejó, al lado de la nave. Ya no tenía miedo, ya no me importaba morir, había descubierto uno de los secretos más oscuros del universo, ya se habían sobrepasado mis miedos y nervios, ya nada podía alterarme.
Subí de nuevo al O.V.N.I. y continué mi viaje, con aquél extraterrestre, fueramos a donde fueramos ya no me importaba, de nuevo sentí esa sensación de serenidad y libertad, como si durmieramos en un gran algodón y nada nos molestara.
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