Ella es única, es soberbia con un cuerpo, color y sabor de dioses, ella es especial, es impar, es grandiosa, es brillante, es multicolor, ella me acompaña en mis peores momentos y en mis tiempos de grandeza, en mis tiempos de paz y de guerra, en mis ratos libres y en mis ratos de soledad. Ella rara vez llega sola, casi siempre con mi plato de comida favorito y a veces con amigos y llena de vida, color y jolgorio mi hogar, mi espacio y mis tertulias, ella no es celosa y cada vez que intento dejarla o cambiarla siempre termino en sus brazos y ella, perennemente ahí, esperándome feliz.
Ella es distinta ya que es mejor, mucho mejor, mucho más atractiva fría que ardiente, ella es transparente como no hay par, amiga y amante como no hay nadie; a ella me la presentaron al cumplir los 15 años y no se separó de mi lado acompañándome por siempre, en mi graduación de enseñanza media, durante mi carrera universitaria y ahora me espera en casa o en el bar, casi siempre alrededor de las ocho de la tarde, siempre sonriente, siempre fiel.
Ella a veces está delgada, o con un poco más de cuerpo, pero aun así me agrada, ella a veces está un poco más morena y a veces se tiñe rubia, pero esté como esté, sé de sobra que su alma es la misma y su efecto en mi cuerpo y mente es la de siempre ¡me enloquece!
Ella es mi pasión, es mi inspiración, ella es mi camarada leal. Acompañándome a los balnearios costeros, al campo verde, a la montaña majestuosa, en verano, otoño o invierno y en primavera renace majestuosa cual flor temporera.
Así es ella y pase lo que pase, así seguirá siendo y por más tiempo transcurra, más la conozco y más me gusta, más la amo, más gloria le doy, así es ella, así es la cerveza. |