Marylin vivía a plenitud cada minuto de sus noches en aquel bar de mala muerte donde podía darle rienda suelta a su verdadera personalidad, cualquier mujer sentiría envidia de aquello rizos rubios, aquellos labios rojos y sensuales y cualquier hombre sin duda sentiría tentación ante aquella mujer…
Marcelo uno de los hombres mas guapos del pueblo, estaba hipnotizado con aquel trozo de mujer, todo de ella era perfecto, sin duda se la ligaría, el que tenia además de un físico envidiable, dinero y buena posición no tendría grandes problemas ni dificultades para conquistar a esta beldad…Fueron muchas las noches gastadas en conquistar a Marylin, flores, diamantes, cenas intimas, besos apasionados, pero lo que mas le gustaba a Marcelo es que a pesar de la vida que llevaba esta mujer, era de una decencia increíble sobre todo para los tiempos modernos que corrían, en todas estas semanas Marylin no lo había dejado ir mas allá de sus perfectos, frios y mas duros de lo normal pechos, pero el era feliz pensando en el momento en que Marylin que seguro era “virgen” se entregara a su pasión sin limites…A cada rato recordaba las palabras que le repetía la hermosa mujer…”Tengo tres razones para hacerte esperar, quizás algún día, quizás algún día”…
Los compañeros de Marylin en el club le oían llorar y sufrir pero todos se asombran del cambio de ella cuando llegaba su amor, “su gran amor” como ella misma decía…
Pasaron varios meses y Marcelo se aburrió de esperar, lo que era excitación se convirtió en rutina y aburrimiento y decidió marcharse… Marylin sufrió como pocas personas han sufrido en este mundo por tres días y tres noches lloro inconsolablemente… Al cuarto dia el dueño del club encontró el cuerpo de Marylin sin vida en medio de un charco de sangre…nadie sabia que solo habían tres razones que separaban a Marylin de la total felicidad, esas razones colgaban entre sus piernas, eran su vergüenza su martirio, su mas grande secreto y prefirió desgarrarlas de su cuerpo que seguir viviendo con tanta amargura ocultando su verdad…
Nombre de Marylin en su inscripción de nacimiento: Mario José Montero
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